El PSOE, SA
El PSOE, que en su momento empezó como partido político, se ha convertido hoy en una gran empresa en la que ha desaparecido toda ideología y cuya finalidad es la consecución de buenos dividendos. En 1982, cuando ganó las elecciones, muchos viejos socialistas del ala histórica creían de buena fe que volverían los puños levantados, las banderas rojas y el canto de La Internacional. Esos pronósticos no se cumplieron. La organización se ha convertido en una gran sociedad anónima en la que el Gobierno hace las veces de Consejo de Administración, los militantes representan ser sus ejecutivos y empleados, mientras los ciudadanos somos sus clientes forzosos, que hemos de conformarnos -al revés que en un libre mercado- con las mercancías que nos quieran suministrar. Los componentes de la empresa tienen, en sus diferentes niveles, buenos sueldos, a cambio de votar según se les mande. Lo que tienen no es un plato de lentejas, sino mucho, muchísimo más. Con una empresa así, se comprende que sus componentes la defiendan con uñas y dientes. Ojo, sin embargo, al activo y al pasivo del balance, y en especial a la cuenta de resultados.-
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