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Centroamérica compromete a buscar la paz

Los ministros de Asuntos Exteriores de los cinco países del istmo centroamericano han firmado la declaración de Guatemala, en la que reiteran "la voluntad" de sus países de "lograr la paz y la estabilidad mediante el Acta de Contadora". La firma de la declaración por todos los países de la región parece abrir la posibilidad de reanudar las negociaciones de Contadora. El documento servirá como instrumento de presión sobre otros países, especialmente Estados Unidos y Cuba, que "difícilmente podrán sustraerse a un documento que cuenta con el apoyo de 13 países latinoamericanos", según declaró uno de los cancilleres reunidos en Guatemala.

La declaración de Guatemala -firmada en la noche del martes, madrugada en España- expresa la adhesión de los países centroamerianos a la resolución aprobada en Caraballeda (Venezuela) el pasado fin de semana. En aquella reunión los cancilleres del Grupo de Contadora (México, Colombia, Venezuela y Panamá) y los del grupo de apoyo (Argentina, Brasil, Perú y Uruguay) propusieron "adoptar prioritariamente" una lista de nueve acciones para la paz. Con la adhesión al documento de Caraballeda de los cinco países centroamericanos se alimenta de nuevo la esperanza de poder desbloquear el proceso de paz de Contadora y ampliar la base de adhesión con la comunidad europea y de otros países.La declaración de Guatemala permite "volver a empezar", según el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. Varios cancilleres latinoamericanos coincidieron en que la firma conseguida en Guatemala demuestra que "a Contadora la habían enterrado, pero todavía no estaba muerta".

Entre las acciones prioritarias propuestas en Caraballeda figuran el "cese del apoyo a los movimientos insurreccionales en todos los países de la región", el "cese del apoyo exterior a las fuerzas irregulares que operan en la región", la "suspensión de las maniobras militares internacionales" y la "reducción progresiva hasta eliminar la presencia de los asesores militares extranjeros y de las instalaciones militares foráneas".

Hasta última hora reinó la incertidumbre sobre si Nicaragua firmaría la declaración de Guatemala. Nicaragua había propuesto recientemente una pausa de seis meses en las negociaciones del Grupo de Contadora. Entre los cancilleres y dirigentes políticos latinoamericanos reunidos en Guatemala se palpaba el optimismo por haber conseguido la declaración. Todos parecían aliviados, aunque sin dejar de lanzar puyas hacia Nicaragua y los nicaragüenses y contra Estados Unidos.

El canciller de Nicaragua, Miguel D'Escoto, declaró que "Contadora nunca ha muerto. Ahora se podrá desbloquear. Todo va a depender de si Estados Unidos está de acuerdo con esto".

El embajador norteamericano en Guatemala, el exiliado cubano Alberto Martínez Piedra, dijo que "Estados Unidos siempre apoyó y apoyará a Contadora. El que tiene que hacerlo ahora es Nicaragua". A la observación de que Nicaragua ya había firmado la declaración de Guatemala, Piedra respondió: "Eso son pamplinas. Lo que tiene que hacer Ortega son elecciones libres como en Guatemala".

El canciller hondureño, Edgardo Paz Barnica, dijo que él había propuesto firmar allí mismo, en Guatemala, el Acta de Contadora, "porque eso es lo que vale, un tratado internacional vinculante pero D'Escoto no quiso".

Paz Barnica declaró que "Contadora nunca murió, a pesar de que Nicaragua había querido darle el tiro de gracia". A la objeción de que en Caraballeda se había acordado el fin de las maniobras militares y actualmente en Honduras se celebran unas con Estados Unidos y que también se aprobó acabar con la ayuda a las fuerzas irregulares, como la contra, Paz Barnica replicó que todo eso se podía logar con la firma del Acta de Contadora como tratado vinculante.

La recepción ofrecida a las delegaciones extranjeras asistentes a la toma de posesión del nuevo presidente de Guatemala, Vinicio Cerezo, permitió un sinfín de contactos poco habituales. Fue posible ver en animado diálogo al presidente colombiano, Belisario Betancur, con el nicaragüense, Daniel Ortega. Recientemente Betancur acusó a Nicaragua de haber abastecido de armas a los guerrilleros colombianos que asaltaron el Palacio de Justicia en Bogotá. En otro momento Ortega se enzarzó en una viva discusión con su vecino de butaca, el presiente salvadoreño, Napoleón Duarte.

En su discurso de toma de posesión, Cerezo propuso celebrar una cumbre de presidentes centroamericanos en la ciudad guatemalteca de Esquípulas, que está en el punto de confluencia de Guatemala, Honduras y El Salvador.

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