Un duelo de guante blanco
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, compareció dos horas en la televisión de Guatemala ante un grupo de políticos y periodistas, incluidos algunos ultraderechistas, que, en un duelo de guante blanco, aburrieron a los telespectadores.
El coloquio ¿Hacia dónde va Nicaragua? se prolongó el lunes hasta más allá de las doce de la noche, hora local (siete de la mañana del martes, hora peninsular), y comenzó con un documental sobre la evolución de Nicaragua en los seis años de sandinismo.
En un primer momento pudo parecer que Ortega había sido lanzado a los leones, por la presencia entre los participantes del político Jaime Cáceres, derrotado candidato a la vicepresidencia de Guatemala del ultraderechista Movimiento de Liberación Nacional (MLN), y del periodista José Díaz Balart, de la cadena de televisión en español de Estados Unidos SIN, un corresponsal que fue expulsado de Nicaragua por sus informaciones, consideradas tendenciosas. A pesar de estos ingredientes, el coloquio resultó académico, aburrido y reiterativo.
A ello contribuyó la falta de recursos retóricos de Ortega -pesado en sus exposiciones y carente de brillantez- y la forma respetuosa observada por los invitados, que nunca interrumpían o replicaban.
Según Ortega, "la revolución nicaragüense es fruto de la mala política norteamericana", y las raíces del problema en Centroamérica están en la región y no en el conflicto Este-Oeste. A la acusación de que en Nicaragua se persigue la religión, Ortega replicó: "Cómo puede decirse esto si casi somos un Gobierno de curas, con tres sacerdotes en el Gabinete".
Ortega insistió en su postura de que el estado de emergencia desaparecerá en Nicaragua cuando cese la agresión norteamericana.
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