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Entrevista con Bernard Rogers[Bernard Rogers es comandante jefe de la OTAN]

Pregunta. La iniciativa de defensa estratégica (IDE), ¿no se traducirá en un repliegue de Estados Unidos sobre sí mismos y en una transformación del compromiso norteamericano con Europa?Respuesta. Es cierto que hay gente que piensa que la IDE es un medio de Esiados Unidos para insolidarizarse con Europa occidental y no preocuparse más que de su propia protección. En revancha, otras personas, como el profesor Teller, el doctor Keyworth o el general Abramson, están conencidos de que si la IDE se revela eficaz y de un coste permisible, su primer terreno de aplicación bien podría ser Europa occidental, a fin de protegerla contra los misiles balísticos soviéticos apuntados hacia ella. Por este motivo, cuando los europeos me hacen el honor de pedirme mi opinión, les aconsejo que no rechacen arbitrariamente la IDE.

P. Entonces, la IDE ¿es algo bueno a la vez para norteamericanos y europeos?

R. Creo que la IDE puede favorecer la reducción de los arsenales nucleares. Si conseguimos poner a punto un conjunto de sistemas susceptible de interceptar los mis¡les balísticos del adversario, y si los soviéticos, por su parte, hacen otro tanto, tendremos entonces dos fuerzas opuestas capaces de neutralizarse recíprocamente. En este supuesto, me parece que las dos fuerzas en cuestión podrían sacrificar sin inconveniente un porcentaje notable de sus armas nucleares ofensivas, ya que estarían casi seguras de que ese porcentaje de armas no llegaría jamás a su destino.

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P. El compromiso que Estados Unidos está dispuesto a asumir con relación a Europa, independientemente de la IDE, ¿llegaría hasta el punto de arriesgar su propia destrucción para la salvaguardia de Europa?

R. Estoy profundamente convencido de que el paraguas nuclear norteamericano continuará extendiéndose sobre Europa. Por otra parte, cuando, en 1979, las naciones europeas de la Alianza preguntaron a Estados Unidos si, en respuesta a los SS-20 sovíéticos, estarían dispuestos a desplegar armas nucleares de alcance intermedio en Europa, la respuesta fue sí. Ahora bien, al hacerlo, sabían que la URSS diría -como efectivamente dijo- que toda arma norteamericana que tocase suelo soviético, procedente de no importa dónde, provocaría una respuesta de idéntica naturaleza sobre suelo americano. Puede decirse que la instalación de los Pershing y de los misiles de crucero sobre el suelo europeo ha reforzado el acoplamiento estratégico entre la OTAN y Estados Unidos.

P. Parece como sí la estrategia americana en Europa hubiera evolucionado. Usted mismo, por ejemplo, defiende el reforzamiento de las fuerzas convencionales de la OTAN. ¿Qué interés tiene este reforzamiento y qué significa en el plano estratégico?

R. Nuestro objetivo es disponer de una capacidad convencional que sea percibida por los soviéticos como susceptible de contrarrestar un ataque convencional de su parte. De este modo, en el caso de que nos agrediesen, se encontrarían emplazados ante la alternativa siguiente: o replegarse -y en ese caso, ¿qué interés tendrían en atacarnos?- o utilizar las armas nucleares, y no quieren verse obligados a ello porque saben que eso podría llevar a un intercambio nuclear estratégico.

12 de enero

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