Tres administraciones de Barcelona reparten 3.186 millones de pesetas del primer y segundo premios

Un total de 3.186 millones de pesetas repartieron tres administraciones de lotería de Barcelona, correspondientes a la mitad del primer premio, que recayó en el número 37.220, y a la totalidad del segundo premio, que correspondió al 32.042. La conocida administración Valdés, situada en la rambla de las Flores, de Barcelona, vendió ocho series del primer premio y repartió un total de 1352 millones. La otra serie del gordo, con 194 millones de premio, fue vendida en la misma rambla, unos 300 metros más arriba, por la administración número 41, que regenta Eduardo Vilalta.

Las 18 series íntegras del segundo premio fueron vendidas por la administración número 98 de la calle Secretario Coloma, en el barrio de Gràcia, que repartió en total 1.440 millones. De este segundo premio, 880 millones comprados en Barcelona fueron repartidos en la pequeña localidad de Rialp (Lérida).Una viuda de unos 50 años fue la única persona agraciada que acudió a la administración Valdés inmediatamente después de conocerse el número premiado con el gordo. Una amiga suya, según explicó entre lágrimas, le había comprado un décimo y todavía no sabía si le correspondían 16 o 50 millones. Su emoción era tal que no se le ocurrió otra cosa que dirigirse a la cercana catedral de Barcelona "a ponerle una velas a San Bernardino de Siena". "Este sí que es un milagro", decía y ocupó el trayecto hasta la catedral rezando oraciones a media voz.

Entre los agraciados figura también Antonio, un joven que acudió a la Administración Valdés acompañando a un amigo suyo empleado en EL PAÍS. Este había ido a comprar un total de 20 décimos, 10 para él y 10 más para el resto de sus compañeros de la sección de teletipos. El vendedor le ofreció el número del gordo. "Quiero uno que acabe en tres", dijo, y cogió otro. Su acompañante, sin embargo, sí aceptó el décimo de la suerte. Ahora cobrará 16 millones de pesetas.

La regenta de la administración, Teresa Valdés, explicó que habían llamado varias personas que poseían décimos para confirmar el premio, pero ningún otro agraciado dio señales de vida, para frustración de los numerosos agentes bancarios que esperaban, entre decenas de curiosos, el grito de júbilo que delatase al posible cliente.

"Esto va de baja. La gente tiene miedo y ya no viene. Si viniese, lo notaríamos enseguida, porque cuando te tocan muchos millones, es imposible disimularlo".

Algo así ocurrió con una joven pareja que, tras cotejar visiblemente nerviosa en las listas de la administración los números que llevaba, se escabulló afirmando que no sabían si les había tocado, porque tenían los décimos en casa. "Es que siempre toca aquí", decían los forofos de la administración. "Esto viene para compensar el IVA", añadía risueña Teresa Valdés. "Lo cierto es que hace 80 años que vendemos lotería y vendemos mucha". En total, para este sorteo ha vendido unos 8.000 números diferentes. "La que más de España. Más que la Manolita de Madrid", comentaba un dependiente.

Apenas 300 metros más arriba, en la administración de Eduardo Vilalta, se repetían escenas similares. De la serie del primer premio vendida en esta administración, tres décimos habían sido comprados por un hombre que está abonado al número desde hace años. Le han correspondido 48 millones.