Los fabricantes de automóviles no se ponen de acuerdo para bajar los precios por la aplicación del IVA

Los fabricantes de automóviles han mantenido diversas reuniones con representantes del Ministerio de Economía y entre ellos para tratar de encontrar una posición única ante la próxima entrada en vigor del impuesto sobre el valor añadido (IVA) que, en principio, debería representar una reducción del precio de venta de los coches entre el 2,7% y el 3%. Las empresas con mayor volumen exportador sobre su producción se muestran contrarias a cualquier baja, por la desaparición de la desgravación fiscal a la exportación, mientras que las factorías que producen más para el mercado interior son partidarias de bajar los precios.

Las empresas fabricantes de coches con factoría en España -Citroën, Peugeot-Talbot, Renault, General Motors, Ford y Seat- no logran ponerse de acuerdo para adoptar una posición unitaria sobre los precios que deben regir una vez que empiece a aplicarse el IVA. El nuevo impuesto -33%- será inferior al que resulta actualmente de sumar el ITE en cascada que sufren los fabricantes con el ITE final que ellos repercuten cuando venden el automóvil y el 24% del impuesto de lujo, que ahora desaparece.Los fabricantes que destinan una parte importante de su producción se oponen a una reducción de los precios, por entender que les perjudica la desaparición de la desgravacion fiscal a la exportación, mientras que los fabricantes que tienen una mayor cuota en el mercado interior se muestran partidarios de reducir los precios.

Estudios del propio sector establecen que los precios de los automóviles podrían bajar entre un 2,77. y un 3% como consecuencia de la aplicación del IVA. Esta reducción se podría hacer sobre la base de calcular como constantes los costes de fabricación y, por ello, señalan algunos fabricantes en concreto, no es bueno bajar los precios, dado que los costes van a experimentar subidas próximamente.

Desde la Administración y algunos medios del sector del automóvil se señala que este argumento no es válido. El secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, señalaba recientemente que "algunos empresarios (no se refería en particular a los de automóviles) pueden tratar de incrementar sus beneficios por la vía de no reducir sus precios finales en la proporción en que lo haga la carga fiscal efectiva de fabricación; se trataría, en esos casos, de una apropiación de rentas fiscales por parte de estos empresarios".

Miguel Ángel Fernández Ordóñez, secretario de Estado de Economía y Planificación, declaraba que "utilizar el argumento de que no bajamos los precios ahora por el encarecimiento de fabricación posterior, o no los bajamos ahora, pero tampoco los subimos después, es, pura y simplemente, adelantar en el tiempo unas subidas que se tienen que realizar".

Separar costes y fiscalidad

Para la Administración, y para algunos fabricantes también, es preciso separar muy claramente que una cosa son los costes de fabricación, y por lo tanto su variación en función del coste de las materias primas y de los costes laborales, y otra muy distinta la carga fiscal que soportan dichos productos. Si se varía una de ellas debe notarse, para bien o para mal, en los precios finales, en el momento en que se produzcan dichas variaciones.Aunque los fabricantes no se han puesto de acuerdo para bajar los precios -al contrario de lo que suele ocurrir cuando se trata de subidas que suelen producirse todas en un corto espacio de tiempo y de porcentajes de elevación muy similares- no se descarta que algunas empresas decidan "hacer la guerra por su cuenta" y bajen entre el 2,7% y el 3% los precios de sus modelos para adaptarlos al IVA. Otras podrían seguir ese camino o no modificar los precios.

Una razón objetiva que presiona a la baja de los precios es la previsible caída de ventas durante los primeros meses del año, consecuencia del fuerte aumento que ha tenido lugar en los últimos dos meses del año y que, según se considera en medios del sector, son difíciles de mantener a principios de 1986. Esta previsible caída de las ventas se podría intentar contrarrestar con una reducción de precios para que fuera menos fuerte.

Los fabricantes que no quieren bajar los precios señalan que pueden mantenerse con las existencias actuales hasta que entre en vigor el IVA, y que después las subidas de los costes de fabricación pueden forzar nuevas elevaciones. En medios del sector se señala que los fabricantes americanos -General Motors y Ford- son partidarios de no bajar los precios, mientras que los franceses -Citroën, Peugeot-Talbot y Renault- apoyan la reducción. Seat no habría definido su posición todavía.