Yugoslavia ha renegociado el 20% de su deuda externa

Yugoslavia ha concluido con éxito la renegociación de 3.800 millones de dólares de su deuda exterior, cifrada en un total de 19.000 millones. El acuerdo se firmó la semana pasada en la sede neoyorquina del Manufacturers Hanover Trust, banco coordinador de varias instituciones comerciales acreedoras de este país balcánico, según señaló el secretario yugoslavo de Finanzas, Vlado Klemencic.

Este acuerdo concede un relativo respiro a la federación sureslava, que intenta convertir su actual caos económico en un sistema más cabal y centralizado. No deja de ser curioso que un país llevado en los años setenta a la descentralización a ultranza por el sistema socialista de la autogestión sea reconducido a la centralización económica de la mano de las directrices del Fondo Monetario Internacional.El primer paso ha sido la aprobación de una nueva ley de divisas. Hasta el momento, las empresas yugoslavas disponían libremente de buena parte de las divisas Tue obtenían de sus exportaciones. stas eran negociadas en un mercado negro tolerado, en el que el dólar alcanzaba a menudo cotizaciones superiores al 50% de su valor oficial. Dos repúblicas (Croacia y Eslovenia) de las seis que componen la federación yugoslava controlaban más del 50% de las divisas del país, lo que les concedía un protagonismo económico desmesurado respecto a su potencial productivo.

Delegados del FMI han elogiado la reforma del sistema bancario yugoslavo. Hasta el momento, en los bancos yugoslavos mandaban las empresas que los fundaron con su aporte de capitales, pero también los municipios y las autoridades de las diversas repúblicas. Cada una de estas es un estado con derecho teórico a la secesión incluso. En esa situación, el flujo libre de capitales chocaba a menudo con barreras políticas. Se han dado casos de barbarie financiera a cargo de políticos encaprichados con proyectos que se hundieron arrastrando en su caída millones de dólares.

La reforma bancaria reinstaura en Yugoslavia la autoridad del banco emisor y elimina la presencia decisoria de las autoridades regionales en los consejos de dirección.