Manolo Escobar, prohibido para menores

Manolo Escobar es inasequible a la fugacidad, como las estatuas y los dioses. El azar ha querido que Escobar y su difícil timbre nasal se hayan infiltrado en la memoria de todos los españoles de cualquier edad y condición. Cosas corno la de aquel carro que te robaron en desafortunada romería o la de uno que es gitano pero tiene sangre de reyes en la palma de la mano pertenecen al reducido número de melodías que se enquistan fatalmente en el cerebro y emergen al menor descuido.Es casi imposible encontrar algún compatriota que no haya incurrido alguna vez en el Porompompero. Manolo Escobar es inolvidable.

Hacía mucho frío en el Progreso durante la presentación de su nuevo espectáculo. Frío físico y metafiÍsico que no logró aminorar el ballet ni el humor de Lolita Torres, ni siquiera las tablas de Maruja Lozano, que sorprendió a los no avisados con una canción cuyo estribillo dice así: "No te vayas, flamencona, / no te vayas de Pamplona".

Muy fuerte

Ésa fue la lírica asilvestrada que cundió en la velada y que hizo las delicias moderadas de los incondicionales. Porque Manolo Escobar tiene muchos incondicionales, dato que demuestra una vez más que hay gente para todo. Entre rimas cimarronas y un sonido mordaz discurrieron las dos horas y media de show. "Papá, papá, te quiero mucho; es Sevilla maravilla; qué guapa estás con tus encantos al natural; reina mora, mi Almería; qué bonito es, en fin, el mar Mediterráneo". Y una joya: "Quien critique a las mujeres / es que no tiene memoria / y quien a su madre no quiere / ni merece tener novia".Muy fuerte todo ello, por junto y por separado. Manolo Escobar puede constituir un sobresalto muy grande para los menores, las señoras de edad y los espíritus sensibles. Para escuchar a Manolo Escobar hay que tener ya muy curtida el alma y saber controlar muy bien los sentimientos.