Washington ayuda a Felipe González
El preacuerdo sobre las bases puede facilitar la victoria en el referéndum
El Gobierno socialista español ha conseguido, tras medio año de guerra de declaraciones con EE UU, un argumento con el que tratar de ganar síes en el referéndum sobre la OTAN. El pasado martes por la noche, con un comunicado conjunto, finalizaban los forcejeos entre las diplomacias española y estadounidense y se alcanzaba el compromiso de negociar la reducción de los efectivos militares norteamericanos en España.
El principio de solución se había alcanzado a finales del pasado mes de septiembre, cuando, en su encuentro con el secretario de Estado George Shultz, en Nueva York, el presidente del Gobierno español, Felipe González, transigía con las condiciones de Washington y aceptaba que la eventual reducción de efectivos quedara condicionada a la permanencia de España en la OTAN.De aquella concesión se terminó haciendo un argumento en la primera ronda de conversaciones que se abrieron en Madrid el pasado 23 de octubre. Al comienzo de aquella sesión, el secretario general político del Ministerio español de Asuntos Exteriores enumeró las tres circunstancias que habían cambiado en España desde que, en 1953, se firmó el primer acuerdo con Estados Unidos: España estaba en la Alianza Atlántica, iba a estar en la CEE y el Ejército español estaba mucho mejor dotado. Estos tres argumentos terminarían formando parte del comunicado hispano-norteamericano hecho público el pasado martes.
Ayuda al referéndum
La diplomacia española reconoce que ha utilizado frente a la diplomacia estadounidense la tesis de que un preacuerdo sobre las bases como el del martes podía ayudar al Gobierno a ganar el referéndum en el que propone la permanencia en la OTAN. Pero esta tesis tardó en calar. Cualificadas fuentes diplomáticas españolas afirman que esta idea fue algo algo efectiva en las conversaciones con la Embajada de Estados Unidos en Madrid y con el Departamento de Estado. Sin embargo, el Departamento de Defensa de Washington parecía impermeable.
El Ministerio español de Exteriores atribuye, entre otras causas, el buen final de las conversaciones a la mayor coordinación existente entre ese ministerio, el Ministerio español de Defensa y la Presidencia del Gobierno. Según un alto cargo de Exteriores, la falta de fisuras entre los tres departamentos ha servido para acelerar los resultados.
Este alto cargo aludía a la diferente situación que se había venido produciendo hasta que se produjo la crisis que hizo reemplazar a Fernando Morán por Francisco Fernández Ordóñez. Según él, los diplomáticos estadounidenses se aprovechaban de estas fisuras para retroceder -por ejemplo frente a Defensa- en algunas de las posiciones que habían alcanzado con Exteriores.
El regalo navideño que Washington le ha hecho a Felipe González en vísperas del referéndum no es un síntoma de que Estados Unidos mire ya con tranquilidad esta consulta prometida por el PSOE. Esta semana, en Bruselas, el secretario general de la OTAN, lord Carrington, y el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, se mostraron curiosos y preocupados al respecto en los encuentros con Francisco Fernández Ordóñez.
El secretario de Estado norteamericano expresó el miércoles su preocupación por una noticia que publicaban los periódicos españoles aquella mañana y que Shultz conocía ya: Coalición Popular propugnaba la abstención activa frente al referéndum. De este modo, los conservadores españoles rompían la situación de monopolio que gozaba el PSOE, único grupo político español que parecía capaz de inquietar al Departamento de Estado.
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