Preocupación por el derribo de Domeño, modelo de arquitectura popular valenciana

Domeño, un pueblo hoy deshabitado situado en la comarca de Els Serrans, a unos 70 kilómetros de Valencia, está empezando a ser derribado por el propietario de sus edificaciones, un empresario que compró el pueblo entero cuando éste fue expropiado por la Administración, creyendo que lo iban a cubrir las aguas del cercano pantano de Loriguilla. El Colegio de Arquitectos de Valencia y diversas instituciones han expresado su preocupación por el destino del conjunto urbanístico de Domeño, que representa una interesantísima muestra de arquitectura popular valenciana.

Domeño, enclavado en una de las comarcas económicamente más pobres de la Comunidad Valenciana, existe hoy como pueblo, deshabitado desde mediados de los años 70, y como municipio, aunque sus vecinos residan ahora, desperdigados tras un largo proceso de expropiaciones, en diversas localidades próximas.Alcalde y concejales -la corporación, de mayoría socialista, fue elegida en 1983 por los vecinos, que acudieron para la ocasión a su pueblo- siguen reuniéndose, a la luz de una vela, cada último martes de mes, en uno de los edificios mejor conservados de la localidad, empeñados en la tarea casi imposible de mantener con vida la idea ya simbólica de la existencia de un pueblo que pronto podría desaparecer del mapa.

Próximo a uno de los más bellos parajes serranos de Valencia, junto a una imponente cascada, Domeño es un pequeño pueblo encaramado en un montecillo, con un antiguo castillo en el que se refugiaron, en el siglo pasado, las tropas carlistas del general Azpinzor, y un complicado entramado de calles, de estructura medieval. Aunque no cuenta con mansiones blasonadas ni palacios de leyenda, el conjunto arquitectónico de Domeño, en su mayoría compuesto por casas rústicas construidas con materiales primarios, algunas de ellas con unos cinco pisos de altura, responde a una tipología especial de la comarca, según los expertos,

En 1957, cuando empezó a construirse el embalse de Loriguilla, la Administración inició los trámites para conseguir la expropiación de las fincas del término municipal de Domeño, entonces con unos 300 habitantes, a la que muchos de ellos se acogieron gustosos, cediendo también sus viviendas a cambio de ínfimas cantidades. Entonces se creía que las aguas del pantano podrían llegar a cubrir algún día el casco urbano de Domeño, dato que estudios geológicos, geográficos y urbanísticos han desmentido rotundamente.

Casas en otras localidades

A diferencia de lo que sucedió con la vecina localidad de Loriguilla, la administración no construyó un pueblo nuevo para los habitantes de Domeño, a los que sí se les concedieron casas y tierras en diversas localidades, principalmente en la pedanía de la Masía del Carril, en el término de Liria, donde vive la mayor parte de ellos en la actualidad. Los trámites de expropiación se dilataron, quizás porque no era tan urgente deshabitar Domeño como Loriguilla, hoy ya bajo las aguas, y muchos domeñeros continuaron residiendo en sus viejas casas hasta finales de los setenta, cuando el agua y la luz dejaron de llegar al pueblo.La Confederación Hidrográfica del Júcar fue el organismo estatal que se hizo cargo del pueblo expropiado, cuyas construcciones puso en pública subasta y vendió a un particular, quien podría derribar las edificaciones y comerciar los materiales obtenidos.

Prohibición del delegado

Este particular, sin embargo, no consiguió nunca la autorización del municipio para iniciar las obras de derribo, que el mismo delegado del gobierno en la Comunidad Valenciana, Eugenio Burriel, prohibió en febrero de este mismo año 1985, al poco de iniciarse.Sorprendentemente, según el grupo de arquitectos, historiadores, ingenieros y amigos de Domeño, que luchan desde hace años por la rehabilitación de su conjunto urbanístico, las obras de derribo se reiniciaron la pasada semana, al parecer con algún tipo de autorización, ya que la Guardia Civil, antes encargada de impedirlas, no ha hecho acto de presencia.

El informe presentado por un grupo de arquitectos e ingenieros, proponiendo a la Generalitat la declaración de conjunto histórico artístico de Domeño no ha tenido respuesta alguna de instancias oficiales.