El duque de Cádiz acusa al fiscal de intencionalidad política en el juicio por el accidente en que murió su hijo Francisco
El duque de Cádiz, Alfonso de Borbón, fue juzgado en la mañana de ayer en la Audiencia Territorial de Pamplona por el accidente de tráfico ocurrido en Cintruénigo (Navarra) el 5 de febrero de 1984, a raíz del cual falleció, dos días después, su hijo Francisco, de 11 años. El fiscal pidió que Alfonso de Borbón fuese condenado a 10 meses de prisión menor y privación del permiso de conducir durante 18 meses y que el procesado indemnizase a las personas afectadas con una cuantía total cercana a los siete millones de pesetas. El duque de Cádiz acusó al fiscal de intencionalidad política al haber sacado a colación un accidente similar qué sufrió un campesino andaluz.
Las personas afectadas para las que el fiscal pide indemnización son la madre del niño, la ex esposa de Alfonso de Borbón, Carmen Martínez Bordiú, con un millón de pesetas; su hijo Luis Alfonso, con 1.300.000 pesetas; Ángel Alcalde García, conductor del camión contra el que chocó su coche, con 24.000 pesetas por lesiones, y Antonio Carlos Escobedo, propietario de dicho vehículo, con 3.095.966 pesetas por los gastos derivados de arreglarlo.El presidente de la sala, José Arregui Gil, preguntó a Alfonso de Borbón, antes de finalizar la vista, si tenía algo que añadir. El duque de Cádiz contestó que había apreciado en las palabras del fiscal una evidente intencionalidad política en el ejemplo que éste había sacado a colación de un accidente de tráfico similar que le había ocurrido a un campesino andaluz.
Alfonso de Borbón afirmó que ningún accidente es igual porque los comportamientos de las personas no son iguales y añadió que él ha sufrido 18 años de exilio. "Si hubiera permanecido en Italia, el accidente no habría ocurrido porque en Italia los camiones no pueden circular los fines de semana", agregó.
Libre absolución
El equipo de abogados del duque de Cádiz, dirigidos por Felipe Ruiz de Velasco, solicitó la libre absolución de su patrocinado porque, según dijo, a Alfonso de Borbón durante la vista no se le había podido probar ninguna de las acusaciones que se le imputaban "y para condenar hay que probar".La vista oral se inició con el interrogatorio del duque de Cádiz. Éste señaló que conocía muy bien el lugar en que se produjo el accidente porque había pasado por él en numerosas ocasiones. Añadió que el cruce donde se produjo el choque estaba mal realizado y que él siempre se había parado en todos los stop.
"No creo", afirmó, "que me haya saltado un stop en mi vida, incluyendo éste". Destacó que había parado en este stop, entre otras cosas porque, si no lo hubiese hecho, "a estas alturas no estaría aquí", dijo. El duque de Cádiz señaló que a la salida de la carretera de la autopista hay, en el lado izquierdo, un talud con matorrales y arbustos que impiden la visibilidad de los vehículos que proceden del lado izquierdo, por lo que necesariamente tuvo que asomar el morro del coche que conducía, momento en que se produjo la colisión. A preguntas del ministerio fiscal, señaló que no iba a excesiva velocidad porque no tenía ninguna prisa por llegar a Madrid. "Iba a la velocidad marcada en la carretera en cada momento. Mi forma de conducir ha sido tranquila y respetando siempre las normas de conducir", aseguró.
El conductor del camión, Ángel Alcalde, de 28 años, fue el primero de los testigos en declarar. Dijo que circulaba a 60 kilómetros por hora y que conocía perfectamente la carretera. Señaló que no se apercibió de la salida del vehículo y que, al colisionar, frenó, pese a lo cual el camión siguió hasta parar a unos 100 metros, en una acequia.
El fiscal Alfonso Arroyo, en su informe, elevó a definitivas sus conclusiones y señaló que hubo un accidente similar en el que un modesto campesino andaluz perdió a su hija. "La única diferencia", dijo, "estaba en la personalidad del acusado".
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