'Paro escolar' por la llegada de una familia gitana

Ninguno de los tres colegios públicos de la pedanía murciana de Sangonera la Seca impartió clase ayer a sus 1.000 alumnos, al impedir los padres que los niños entraran a los centros. Esta medida fue adoptada como protesta por la instalación de una familia gitana en la localidad.Los vecinos de Sangonera la Seca, pedanía de unos 7.000 habitantes que se encuentra a 10 kilómetros de Murcia, se oponen a que a su pueblo vayan a vivir personas gitanas. El pasado lunes, una familia integrada por nueve personas, todas ellas gitanas, se trasladó a una vívienda de la calle de San José de la Montaña, una zona de casas unifamiliares, de planta baja, habitada por familias modestas.

Las protestas se han hecho patentes al conocer los vecinos que el párroco se había interesado por la documentación necesaria para escolarizar a cuatro de los niños de esta familia, el mayor de los cuales tiene 12 años. La primera acción emprendida por los vecinos ha sido impedir la entrada de sus hijos a clase, si bien los niños gitanos todavía no están matriculados y la familia ha abandonado de momento la vivienda.

Por otra parte, nadie sabe quién ha comprado la casa y la ha cedido a esta familia. Los vecinos dicen que es propiedad del Ayuntamiento de Murcia, pero el concejal de Servicios Sociales, Carlos Pérez Alfaro, lo desmiente. El director provincial de Educación, Antonio Puch, asegura que tomará medidas para reemprender las clases.