Vista de la causa contra cuatro joyeros por comerciar con un diamante robado
Cuatro joyeros barceloneses -Jaime Aymerich Medina, Manuel Poal Vallarín, Francisco Roca Loulbat y Esteban Roca Bassacomas- fueron juzgados ayer por la Sala Primera de la Audiencia de Barcelona, acusados de un delito de receptación (comerciar con objetos robados). Estos joyeros fueron procesados por comerciar con un diamante de 14 kilates, cuyo valor oscila entre 11.500.000 y 30.000.000 de pesetas. El diamante fue robado en Venezuela, en abril de 1977, a Buenaventura Planes, un industrial catalán. Los joyeros encausados declararon ayer en la vista oral que no conocían la procedencia de la joya.Aymerich residía en Caracas y trabajaba en el montaje de joyas. Ante el tribunal que le juzgó, afirmó que intentó vender la piedra en Venezuela pero que, dado su alto valor, no era éste el mercado adecuado, por lo que la llevó a Barcelona, ciudad en la que también había trabajado como joyero. En esta ciudad acudió al taller de joyería de Manuel Poal con la intención de vender la piedra.
Posteriormente, Poal y Aymerich se dirigieron a proponer la operación al también joyero Francisco Roca, que aceptó la piedra en depósito, a la espera de encontrar el comprador adecuado.
Una larga investigación
En abril de 1977, unos individuos asaltaron en Caracas a Buenaventura Planes y se apoderaron de distintas joyas, entre ellas el diamante citado. Planes se puso en contacto con el joyero que le había vendido la piedra con el fin de intentar localizarla. En uno de sus viajes a Barcelona, este joyero fue informado de que estaba a la venta una piedra de características muy similares a la robada.Planes, al tener conocimiento de este hecho, se puso en contacto con los joyeros de Barcelona, se desplazó a esta ciudad y se instaló en un hotel. El industrial catalán llegó de Caracas acompañado por dos policías venezolanos y, al llegar a Barcelona, informó a la policía sobre la posibilidad de interceptar la joya sustraída. Planes concertó una cita en su habitación del hotel el 23 de setiembre de 1977, y mientras estaba conversando con los joyeros se presentaron efectivos de la policía nacional para detener a los encausados.
La acusación particular, ejercida por el letrado José Luis Vázquez Sotelo, solicitó penas de cuatro años de prisión para Aymerich y de ocho para el resto de los acusados.
El fiscal pidió el sobreseimiento de la causa de Esteban Roca, un año de prisión para Francisco Roca, hijo del anterior, y Jaime Aymerich y una multa de 70.000 pesetas a pagar por Manuel Poal como encubridor.
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