Las medidas de empleo en Madrid

En unas recientes Jornadas sobre Empleo, muy en línea con lo que parece ser una consigna preelectoral socialista, se han querido magnificar los avances, muy poco significativos, y, lo que es peor, se pretendía ocultar la negra realidad del aumento del paro, a veces con la ayuda de disfraces estadísticos.Las nuevas modalidades de contratación, la aplicación del Fondo de Solidaridad del AES y los proyectos de creación de empleo financiados por la comunidad o por las ZUR parecen ser los artífices de esa supuesta estabilidad del paro en Madrid y las palancas para una futura disminución.

CC OO valora la eficacia de estos elementos de forma muy diferente. El conjunto de modificaciones en los diferentes tipos de contratación, denominados en estas jornadas liberalizaciones de contratos, ha supuesto un aumento de la eventualidad en cualquiera de sus modalidades.

En cuanto a las bonificaciones, es negativo que las que se refieren a la Seguridad Social sean un regalo de la cuota empresarial, con lo cual cada vez es menor su aportación en relación al Estado y a los trabajadores, con el agravante de que ya tienen un billón de deudas a la Seguridad Social y, al aumentar el déficit, repercute aún más en el drástico recorte de servicios.

En conclusión, el aumento de contratación significa también una precarización del mercado de trabajo, transformándose poco a poco las plantillas fijas en eventuales. Esto traerá consigo una indefensión de los trabajadores, debido a su inseguridad, que provocará -lo está haciendo ya- incumplimientos de la legislación y abusos patronales, y un debilitamiento de los sindicatos.

Aspectos negativos

Si mejor es un contrato temporal que ninguno, conviene relativizar la conveniencia de ellos por los aspectos negativos que conllevan y porque en muchos casos se trata de simples cambios regresivos en la naturaleza jurídica de un contrato que afecta al mismo trabajador.

CC OO rechazó en su día la concepción del Fondo de Solidaridad del AES por insuficiencia de medios y nulo aporte empresarial al mismo, pero ahora lo más sorprendente es el oscurantismo con que se está gestionando el fondo. Los pocos datos facilitados confirman nuestros temores. De 1.497 millones gastados en Madrid, 1.266 han sido para cubrir gastos empresariales de formación, es decir, que el 0,28% que viene de las nóminas no ha ido al programa de inversiones, sino al de formación.

Y cuando el fondo está a punto de caducar (en diciembre), de los 62.000 millones de dotación sólo se ha gastado, al parecer, un porcentaje pequeño, aunque no se conoce su cuantía, lo que indica que dicho fondo, como el AES en su globalidad, ha fracasado de forma visible.

Las ayudas a la creación de puestos de trabajo a través de proyectos financiados por el Gobierno regional y las ZUR, para empezar, adolecen de una falta de coordinación, al no existir un plan global de inversiones.

Para no polemizar en abstracto sobre el volumen de empleo creado habría que preguntarse simplemente si este año, que se han puesto en marcha, se han creado más puestos de trabajo o menos y si el empleo creado es más o menos estable que el del año pasado.

Sobre esto último no hay dudas, pero sobre la creación de empleo neto basta responder con las cifras oficiales de la encuesta de población activa: segundo trimestre de 1984, 331.600 parados en Madrid, con una población activa de 1.724.800. Un año después los datos son de 368.000 parados y 1.705.800 de población activa. Y si el paro aumenta y la población activa desciende, quiere decir que continúa la destrucción de empleo por las dos vías principales: despidos individuales y expedientes de regulación de empleo, que en el primer trimestre de 1985 afectaron a 28.314 trabajadores No se trata de desacreditar nada; todo lo que cree empleo vale, pero los parches no pueden presentarse como soluciones, y ése es el camino escogido, bien lejos del que anunció en su día el programa de investidura del señor Leguina.

La alternativa de CC OO pasa por la elaboración de un programa extraordinario de inversiones públicas que centralice los recursos en las administraciones locales, regional y central. Otras medidas importantes deberían ser el cumplimiento del compromiso de construcción de 40.000 viviendas de promoción pública y la erradicación del fraude fiscal, cuantificado en Madrid en 200.000 millones.

Es preciso dar también un impulso decidido al sector social de la economía, a las cooperativas y a las sociedades anónimas laborales, creando un órgano de fomento y asesoramiento, y nos parece vital la institución de un salario social o subsidio para los jóvenes en demanda de primer empleo, condicionado a la participación en cursos de formación profesional.