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Reportaje:

Los protestantes españoles, entre la unidad y la sopa de letras

Se agitan las aguas en el desconocido mar de las iglesias evangélicas

José Cardona Gregori, el líder histórico y hasta hoy indiscutido de los protestantes españoles, está convencido de que para finales de año conseguirá agrupar las diferentes y numerosas iglesias de que se componen en un único organismo legal capaz de negociar un convenio de cooperación con el Estado que les equipare, al fin, en tratamiento con la Iglesia católica."Vamos a pedir al Estado que nos aplique un régimen fiscal de entidades no lucrativas, exención de impuestos para nuestros lugares de culto, Seguridad Social para nuestros pastores y predicadores, y en fin, el reconocimiento y facilidad de movimientos a que tenemos derecho por ley. Pero", insiste Cardona, "para ello tenemos que estar unidos. Si no hemos conseguido aún todo ello es por nuestra propia culpa; en ningún caso se puede responsabilizar al Estado español".

Con 60 años de edad, casado y con una hija abogada, José Cardona procede de una familia protestante valenciana y es pastor baptista de toda la vida. Desde su oficina, Junto a la plaza de España de Madrid, y bajo un gráfico en el que se recoge la implantación numérica de las distintas familias protestantes a las que pretende agrupar, explica las características de esta Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España que cree que estará ultimada para finales de año.

"Aquí estamos todos"

"Aquí está todo el protestantismo español. Lo que queda fuera, que apenas es un 2%, ni nosotros lo admitiríamos ni tiene la suficiente madurez y responsabilidad como para formar parte de la federación", opina el pastor Cardona, que lideraría, según sus datos, 286 entidades religiosas legalizadas, con 852 lugares de culto, coordinadas en 10 agrupaciones con una influencia sobre 250.000 personas.

De mayor a menor desarrollo, se trata de la UEBE, con 70 iglesias baptistas independientes; la Asamblea de Hermanos, cuyas 50 iglesias no admiten jerarquía de ningún tipo; la FIEIDE, también baptista pero de administración conjunta de todas sus entidades; las fundamentalistas Iglesias de Cristo, que no tienen pastores sino predicadores; la IEE, que agrupa a luteranos, anglicanos y metodistas; las Asambleas de Dios, de carácter pentecostal; la Comunión Fundamentalista, de reciente creación e interpretación literal de la Biblia, y, finalmente, la histórica IERE, anglicana y con el único obispo español de todas.

Junto a estas ocho principales, una Agrupación Evangélica también recién creada incluiría una mezcla de iglesias como la de Dios Universal, junto a misiones, organismos religiosos, editoriales, y sobre todo la Iglesia Filadelfia, que con 239 locales de culto y una implantación casi al 100% entre la población gitana, sería la más numerosa de todas las confesiones evangélicas en nuestro país. Finalmente, la décima institución federada es la Iglesia Adventista del Séptimo Día, una confesión independiente y polémica que por vez primera se une a los protestantes para gestionar juntos sus derechos.

Según Cardona, el 60% de sus fieles son convertidos del catolicismo, y el País Vasco, Castilla y Extremadura, las zonas de menor implantación, mientras que en Madrid y Barcelona dispondrían de más de 60 lugares de culto en cada una. Evalúa en un 25%-30% el crecimiento global del protestantismo español desde la muerte de Franco -"la verdad, no tanto como esperábamos"- y afirma que están preparados para irrumpir con fuerza en la televisión cuando se autoricen las cadenas privadas. "Hoy tenemos cientos de programas radiofónicos, pero nos vemos obligados a pagarlos a precio de publicidad, mientras nuestras peticiones de emisoras de FM están congeladas en lista de espera".

Sin embargo, las aguas otrora calmas del protestantismo registran hoy cierta agitación, y el fiderazgo de Cardona y la creación de esta federación son duramente criticados por sectores disidentes. Uno de sus portavoces es César Vidal Manzaneras, pastor evangélico independiente, de 27 años de edad, asesor legal de una docena de iglesias, entre ellas la potente Filadelfia. "Los evangélicos hoy en España no somos más de 100.000, y de ellos Cardona agrupa a 30.000 como mucho. Además, las disensiones entre las diferentes líneas teológicas dentro de la federación son enormes, y me consta que muchos de sus miembros están sólo nominalmente y otros buscan una alternativa".

Grupos no integrados

En su opinión, la potente Iglesia Filadelfia no se ha integrado y mantiene una línea progresista opuesta al conservadurismo de la federación. También un tercio de los 8.000 fieles de la Asamblea de Hermanos se opondrían a ella, así como más de la mitad de los miembros de la FIEIDE, en ciudades como Oviedo, Tarragona, Jerez y otras. Expone también que las Asambleas de Dios no serían más de 500 personas y la Comunión Fundamentalista no llegaría a 200 miembros. Entre los grupos no integrados cita a los calvinistas, los mennonitas, media docena de colectivos pentecostales de gran crecimiento y unas Comunidades Radicales (con 400 miembros en el norte de España y en régimen de comunidad total o parcial de bienes) a las que él pertenece. Pone el grito en el cielo en lo referente a la unión con los adventistas, "casi una secta" en su opinión, y considera "una barbaridad" la presencia de la Iglesia de Dios Universal. "Aparte de que jurídicamente es un desastre lo que pretende la federación y les convertirá en tontos útiles a favor de la Iglesia católica".

Ésta es, pues, la compleja realidad del mapa protestante español. Parece incubarse una línea progresista de beligerancia social y presencia en terrenos como trabajo con marginales, derechos humanos y apoyo a la objeción de conciencia, frente al profundo conservadurismo dominante. Mientras las tendencias pentecostales (captación de los dones del Espíritu Santo aquí y ahora) así como fundamentalistas y neofundamentalistas (hermanas de la famosa mayoría moral de Reagan) ganan terreno rápidamente frente a las concepciones históricas.

Los cambios de denominación y representantes legales son muy frecuentes, y cientos de pastores y misioneros extranjeros intentan impulsar decenas de nuevas denominaciones. Oficialmente, los protestantes niegan recibir ayuda extranjera, aunque se reconocen ayudas esporádicas de juntas de misiones, sobre todo norteamericanas y suecas, de forma eventual a iglesias pequeñitas. José Cardona opina que Vidal y los suyos son .un objeto religioso no identificado que no merece contestación pública". Las acusaciones no probadas que se intercambian son graves. Los evangélicos o protestantes españoles se encuentran ante un desafío crucial de su historia: o unirse por encima de diferencias para conseguir un convenio que les equipare financiera y socialmente a los católicos, o seguir sumidos en la fragmentación incesante. Hay quien opina que así ha sido siempre y así debe seguir siendo.

El Estado observa

A mediados de octubre cambió sigilosamente el director general de Asuntos Religiosos, y hay quien ha querido ver en ello razones ocultas y dificultades suplementarias para el diálogo con las confesiones no católicas. Nada más lejos de la verdad en opinión de Ricardo Zalacaín, diplomático, 38 años de edad, el nuevo director general que aprovecha la soledad vespertina del Ministerio de Justicia para documentarse a fondo en su nuevo cargo.

"El anterior director general, Luis Ezquerra, ha sido nombrado director general para Europa de Asuntos Exteriores, y yo represento una línea de continuidad total. Ni entramos ni salimos en los posibles problemas internos de las confesiones evangélicas, en primer lugar porque la ley actual es tan liberal que ni los conocemos", declara Zalacaín. "Lo que sí es cierto es que la Comisión Asesora de Libertad Religiosa falló a primeros de año que para que los protestantes fueran considerados una religión de notorio arraigo, condición establecida por la ley para la firma de un convenio de cooperación, era necesario que se constituyeran en una única entidad a efectos jurídicos, y que los acuerdos debían por tanto ser vinculantes para todos los grupos evangélicos". La ley vigente, que fue aprobada en 1980 con categoría de orgánica, es considerada muy liberal y aceptada unánimemente por todos, según fuentes de la Administración, que añaden que "es un tema casi cerrado y a corto plazo desde luego que no se va a modificar".

Las amigas norteamericanas

Silenciosamente, hasta su irrupción poderosa en la presente década, el protestantismo conservador ha crecido de manera portentosa en Estados Unidos, hasta el punto de que el conocido antropólogo Marvin Harris (La cultura norteamericana contemporánea) considera que los movimientos orientalistas exóticos, con sus gurús y su parafernalia pintoresca, no son sino la guinda de una explosión de cultos en la que los cristianos renacidos suman unos 30 millones de norteamericanos.Primero fueron las corrientes evangélicas que todavía coexistían con los grupos liberales históricos, como metodistas y presbiterianos, agrupados en el Consejo Mundial de las Iglesias. Su principal figura internacional es el conocido predicador Billy Graham.

Los pentecostales vinieron después. Son siete millones y recibieron en 1984 233 millones de dólares en donativos y limosnas. Los lidera Pat Robertson. Buscan y consiguen recibir los dones del Espíritu Santo en sus ceremonias, el poder de sanación y de profecía, el don de lenguas, la comunicación directa con Dios. Los neopentecostales son comunidades carismáticas que se han desarrollado por miles últimamente en el seno de las iglesias evangélicas.

Los fundamentalistas se confunden con la versión más moderada del conservadurismo bíblico evangélico; de hecho se entremezclan. Usando una terminología política, serían su extrema derecha, que ha reclutado millones de adherentes en las pasadas dos décadas. Las diferencias son más de actitud que de ideología, y se dice que un fundamentalista es un evangélico airado por algún motivo. Sus motivos les han llevado a crear la mayoría moral y protagonizar la ofensiva conservadora que ha dado el poder a Reagan en las dos últimas elecciones.

Los neofundamentalistas crecen alrededor del famoso Jerry Falwell, que pretende unificar todo el protestantismo conservador en esta corriente. De hecho, su influencia es hoy dominante en los poderosos baptistas del sur, 14 millones de fieles y casi cuatro billones de dólares de ingresos en 1984.

En resumen, la principal baza propagandística de todos ellos ha sido la magnífica utilización de la televisión para irrumpir en los hogares americanos; de ahí que muchos las denominen "las iglesias del vídeo". Sus predicadores son famosísimeis; su influencia, enorme; su irradiación a todo el mundo, creciente, y sus finanzas, sólidas como nunca jamás lo fueron.

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