Julián Grimau
Señor Umbral, en relación a su artículo del pasado día 11, Los rojos, y en cuanto a mi padre se refiere, su cobarde falta de respeto me obliga a recordar que los policías que le arrojaron por una ventana de la DGS jamás fueron sus viejos compañeros, en todo caso -desde una perspectiva política- lo serían de usted, muchos años cómodamente instalado en los aledaños de aquel poder, aunque ahora se diga rojo. Por otra parte, lo de que mi padre perteneciese a "la burocracia de la tortura" fue una acusación franquista esgrimida a lo largo de un simulacro de juicio. Basta con recordar que el ponente ni siquiera-tenía acabada la carrera de Derecho. En fin, podía usted consultar a quienes fueron sus abogados defensores, don, Amandino Rodríguez Armada y don Alejandro Rebollo-.
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