Las elecciones alteran el panorama político brasileño

Los resultados de las elecciones municipales del pasado viernes suponen, además de una larga lista de nuevos alcaldes, una profunda alteración del panorama político brasileño. El gubernamental Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) sufrió cuatro importantes reveses que pueden suponer su desgaste, casi definitivo, con relación a los proyectos elaborados por sus principales dirigentes para la presidencia de la República.

El PMDB perdió en Recife, capital del Estado de Pernambuco; en Río de Janeiro; en Porto Alegre, y, fundamentalmente, en São Paulo. Todas las victorias obtenidas en otras capitales y municipios pierden su sentido ante esas derrotas en las principales ciudades del país. El que hasta ahora era el primer partido político brasileño es, desde ahora, el gran derrotado.Por otra parte, dos pequeños partidos de izquierda -el Partido de los Trabajadores (PT) dirigido por Luis Ignacio, Lula, da Silva y el Partido Demócrata Laborista (PDT), del gobernador de Río, el socialista Leonel Brizola- emergen como una nueva opción electoral a nivel nacional. Hasta ahora, el partido de Lula tenía buena penetración en São Paulo, mientras que el socialismo moreno de Brizola tenía nada más que dos bases en Brasil: Río de Janeiro y Río Grande do Sul. A partir de las elecciones de la semana pasada, los dos partidos obtuvieron elocuentes resultados en varios puntos fundamentales del mapa político brasileño.

El fracaso del PMDB en São Paulo puede suponer, además, una división del poder a nivel presidencial. El PMDB es el partido mayoritario en la alianza que respalda al presidente, José Sarney. A partir de ahora, sus compañeros de coalición -el Partido del Frente Liberal- contarán con un mayor espacio para maniobrar. La derrota del PMDB implica que Sarney podrá trasladar el eje de su Gobierno hacia el centro derecha.