La informática es para muchos una amenaza contra la intimidad
A pesar de que el control de la informacion registrada en los bancos de datos ha sido uno de los puntos más debatidos en la aplicación de la informática, ésta es una polémica que aún no se ha desatado en nuestro país. Los españoles mostramos en general cierta despreocupación e ingenuidad para proporcionar información que concierne a la vida íntima de cada persona,según la opinión de varios expertos consultados. El vacío jurídico que produce la inexistencia de una ley de protección de datos permite además que se den situaciones claramente inconstitucionales, como el cuestionario que recientemente se distribuyó entre los empleados de algunas empresas del INI.
Tan sólo un reducido grupo de profesionales de la informática -denominado Pandemoniun, capital imaginaria del infierno y lugar de mucho alboroto y confusión-, mantiene reuniones periódicas a modo de tertulias y contactos, con otros grupos europeos para abordar al ilunos de los aspectos más críticos de la informática y el modo en que ésta está influyendo en la sociedad, como la proliferación de ficheros informatizados.Para los recelosos del destino y utilización que se dé a la información contenida en los bancos de datos, La Rochefoucauld tenía razón al afirmar: "Aquél a quien cuentas tu secreto- llega a ser dueño de tu libertad". Pero para los firmes defensores de las múltiples posibilidades que se abren con la informática tiene razón, en cambio, François Gallouédec.
Para él, "confusiones inconscientes o reflexivas, erróneas o parciales, han oscurecido el papel exacto de la informática respecto a la vida privada. Pero, lejos de ser perjudicial, ha abierto una vía constructiva. El derecho a la vida privada, proclamado al fin, ha encontrado en la informática su soporte y su garantía: leyes y salvaguardias".
Ambas reflexiones se contienen en la tesis doctoral Derecho a la información frente al derecho a la intimidad, de Adoración de Miguel Castaño, catedrática de banco de datos en la facultad de Informática y ex directora del Departamen to de Proceso y Banco de Datos en el Instituto Nacional de Estadística. La solución al conflicto entre estos dos derechos radica, para ella, en establecer una línea divisoria "en la que no se vean afectados ni el derecho a la información ni el derecho a la intimidad. Muchas veces son más conflictivos los datos de tipo económico, que afectan al pago de impuestos, que los que atentan realmente contra la intimidad. Es muy difícil delimitar el derecho a la intimidad, porque es algo que cambia con el tiempo, con los países e incluso con las personas. A finales del siglo XIX la intimidad se defendió como el derecho a ser dejado solo. Ahora se considera como el derecho de la persona a controlar sus propios datos dentro de un marco legal Este marco legal es el que nos falta en España".
Salud y política
En las leyes de protección de datos se especifica aquella información que puede o no recogerse en los ficheros informatizados. Como norma básica se considera que las opiniones políticas y sindicales, así como las enfermedades psíquicas sólo pueden recogerse en un banco de datos si hay unas medidas precautorias mucho más fuertes que con el resto de la información. De hecho, a la información sobre la salud y opiniones políticas se les denomina "datos especialmente sensibles", ya que su divulgación puede dar lugar a algún tipo de discriminación. Éste es uno de los puntos que más preocuparon al grupo Pandemoniun, sobre todo en su aplicación a la gestión de personal en las empresas. "Con la situación de paro que hay se da una indefensión del empleado, con una enorme presión psicológica cuando tiene que responder algún cuestionario. Para empezar, la gente no sabe hasta qué punto tiene obligación de contestar, ni cómo se van a utilizar esos datos. Pero, si haces constar que has sufrido un ataque al corazón, por ejemplo, esa información puede, en algún momento, ser utilizada negativamente para ti para acceder a otro puesto de trabajo.Es habitual, según ellos, que las principales empresas medias y fuertes de nuestro país tengan en sus bases de datos información considerada confidencial, como es la historia sindical de cada empleado, antecedentes penales, aunque estén caducados, y, en el caso de los separados-divorciados, datos de su anterior pareja. En ocasiones se añade también información sobre los padres y familiares más directos. "En algunas empresas tienen hasta 50 datos por cada empleado que conciernen a su vida privada. En otras, la información sobre la salud es tan amplia que se acaba convirtiendo en una base de datos especial".
"Ante esto, el comité de empresa, por ejemplo", continúa Pandemoniun, "no sabe qué hacer. En parte porque la recogida de datos se plantea como una cosa muy inocente, la informática está de moda y no hay conciencia de que se estén haciendo cosas más allá de lo que se debería permitir".
Para el juez Joaquín Navarro Esteban, "el ciudadano español es muy poco consciente de sus derechos y está inerme ante la defensa de su intimidad, porque la confianza en su propia libertad es muy reducida.
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