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Honduras no tiene todavía un sistema electoral para los comicios del próximo domingo

Los hondureños, que el próximo domingo deben acudir a las urnas para elegir presidente de la República, Parlamento y alcaldes, no saben todavía cómo se realizará el cómputo de votos que decidirá el nombre del futuro presidente del país.

Faltan sólo seis días para las elecciones y los candidatos presidenciales celebraron el pasado fin de semana sus mítines de cierre de campaña, pero en Honduras se ignora todavía si el presidente será el que obtenga más votos personales o si saldrá designado el mejor situado del partido que consiga la mayoría. La confusión se debe al hecho insólito de que en las elecciones hondureñas compiten nueve candidatos presidenciales de tan sólo cuatro partidos.Bajo el epígrafe del Partido Liberal, al que pertenecen el actual presidente hondureño, Roberto Suazo Córdova, aparecen en la papeleta electoral nada menos que cuatro candidatos, que representan diferentes tendencias dentro del partido. Con las siglas del Partido Nacional de Honduras se presentan tres candidatos. Además, compiten por la presidencia un democristiano y el candidato del Partido de Innovación y Unidad (PINU), que no tienen ninguna posibilidad de vencer el próximo domingo.

Los únicos candidatos con posibilidades son el nacionalista Rafael Leonardo Callejas, de 42 años, que encabeza la corriente denominada Movimiento Nacional de Reivindicación Callejista (MONARCA), y el liberal José Azcona, ex ministro de Comunicaciones y Transporte, de 58 años, que no cuenta con el apoyo del presidente liberal, Suazo, y está enfrentado al liberalismo oficial, la corriente rodista, que recibe su nombre del fallecido líder tradicional del Partido Liberal, Modesto Rodas.

Una polémica

La polémica sobre la modalidad del cómputo está candente, pero el Tribunal Nacional de Elecciones (TNE) ha declarado, de forma tajante, que no se pronunciará sobre el tema hasta después de las elecciones. Esto significa que los electores acudirán el domingo a las urnas sin saber cómo se computarán sus votos para elegir al nuevo presidente.La Constitución hondureña parece clara en su artículo 236, que dice: "El presidente de la República y tres designados a la presidencia serán electos conjunta y directamente por el pueblo por simple mayoría de votos". Según este artículo, está claro que deberá ser presidente el candidato de entre los nueve que obtenga más votos personales.

El problema es que la ley electoral contiene una reforma que establece que "se declararán electos presidentes de la República y designados a la presidencia el candidato a la presidencia y su fórmula de designados que alcance simple mayoría de votos, dentro del partido que obtenga mayor número de sufragios". Según este precepto de la ley electoral, el presidente deberá salir del partido que tenga más votos, es decir, se deben sumar los votos de todos los candidatos presidenciales liberales y de los tres nacionalistas y ver qué partido ganó la elección. El presidente será el que tenga más votos entre los candidatos del partido más votado.

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Este conflicto entre la Constitución y la ley electoral puede provocar que el presidente se decida en la mesa de despacho del Tribunal Nacional de Elecciones y no en las urnas. Esto abre la posibilidad de que se produzcan desórdenes en Honduras. No sería dificil que, el próximo domingo, el candidato nacionalista Callejas tenga la mayoría de votos populares directos, pero que el Partido Liberal sea el más votado, si se suman los votos de sus cuatro candidatos.

La conferencia episcopal, los sindicatos y las organizaciones patronales han pedido al TNE que se pronuncie antes de la elección del domingo, para aclarar cómo se valorarán los votos. El TNE ha rehusado, basándose en argumentos jurídicos, y afirma que no se puede prejuzgar una situación. Aduce que sólo dará el fallo cuando se presente el caso, es decir, después de las elecciones. Esto abre paso a la desconfianza y se habla abierta mente en Honduras de que podrían producirse bochinches, a no ser que un candidato se imponga clara y personalmente, con una mayoría de su partido.

La peculiar situación electoral hondureña ha provocado que la campaña haya significado un intercambio de injurias entre los candidatos liberales rodistas y azconistas, y enfrentamientos mucho menores que entre los lógicos enemigos políticos, liberales y nacionalistas.

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