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El CESID revisa la seguridad de las embajadas españolas en Oriente Próximo ante la apertura de relaciones con Israel

Altos funcionarios del Centro Superior de Investigación de la Defensa (CESID) y del Ministerio del Interior visitaron recientemente las embajadas de España y sus dependencias en las capitales árabes de Oriente Próximo para intentar elaborar un plan que mejore su protección ante el próximo establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel, según revelaron fuentes consultadas en varias ciudades a las que se desplazaron. La orden de inspección fue dada antes de que la fuerza aérea israelí bombardease el cuartel general palestino en Túnez. El plan de protección prevé la presencia de dotaciones de geos para proteger las oficinas diplomáticas cuando se anuncie el establecimiento de relaciones con Tel Aviv.

La última delegación española, compuesta por tres altos funcionarios -del CESID, del Ministerio del Interior y del de Asuntos Exteriores-, abandonó la capital jordana, rumbo a Madrid, a principios de la semana pasada, después de visitar en los últimos días de octubre Túnez y El Cairo. La delegación permaneció tres días en cada una de las ciudades. Con anterioridad, otro equipo de trabajo similar residió durante 48 horas en el sector cristiano de Beirut.El carácter de su misión era considerado tan secreto que los embajadores españoles fueron solamente advertidos de su llegada mediante un telegrama cifrado en el que no se precisaba el objetivo de la visita, que les fue, sin embargo, revelado por los propios expertos.

Durante su estancia en las capitales árabes, los funcionarios, que tenían generalmente categoría de subdirector y poseían pasaportes diplomáticos con tapas rojas, inspeccionaron detenidamente los edificios de las cancillerías y sus sistemas de comunicación con el ministerio en Madrid, las residencias del jefe de misión, agregadurías comerciales y militares, centros culturales y, allí donde están implantadas, los locales de empresas españolas como Iberia y de algún banco con capital español.

Con el personal diplomático mantuvieron además largas conversaciones. Los funcionarios llegados desde Madrid, preguntaron sobre el vecindario y los empleados indígenas, y asesoraron sobre las precauciones que se han de tomar. (Un manual de autoprotección ha sido recientemente distribuido por el Ministerio del Interior a los funcionarios destinados en el extranjero). Asimismo, revelaron al personal diplomático al menos una de las medidas que serán aplicadas con motivo, del intercambio de embajadores entre España e Israel: el envío a las representaciones españolas de miembros de los GEO (Grupos Especiales Operativos de la Policía Nacional), que permanecerán en ellas 15 días antes y hasta dos semanas después del anuncio de la decisión.

Sus interlocutores en el lugar consideraron generalmente insuficiente este plazo de dos semanas después, y aprovecharon para solicitar una mayor efectividad de sus sistemas de comunicación con Madrid, ventajas que, entre otros medios, les podría proporcionar un transmisor-receptor de radio, del que disponen ya las representaciones españolas en París, Rabat o Malabo.

El intercambio de puntos de vista, descrito como "muy técnico", sirvió también para examinar un plan de evacuación del personal diplomático español y del material sensible en su poder, como las máquinas de cifra y documentos de la caja fuerte, cuya puesta en práctica parece improbable a los participantes en la reunión, excepto acaso en Beirut, Damasco y Trípoli.

A lo largo de la discusión quedó claro que el contraespionaje español a las órdenes de la Presidencia del Gobierno sólo tenía la intención de mejorar la seguridad pasiva de las embajadas y no pretendía averiguar, para prevenir su acción, qué grupos podían proyectar atentados contra los intereses de España en Oriente Próximo.

'Sin antenas'

Con la única excepción de Túnez, donde las abrió en 1984, el CESID no posee antenas en ninguna de las capitales anteriormente citadas, a pesar de que España ha sido este año el país de Europa en el que se ha registrado el mayor número de víctimas a causa de atentados protagonizados por grupos de inspiración islámica, integristas o extremistas palestinos.

Como dato ilustrativo de la pobreza de medios en el extranjero del servicio secreto dependiente de la Moncloa basta con recordar que fue la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) la que, en octubre de 1984, informó a Exteriores, en Madrid, de la inminencia de una acción contra la embajada española en Líbano, que fue entonces evacuada, y días después el embajador, Pedro Manuel de Aristegui y Petit, resultó secuestrado temporalmente por jóvenes shiíes.

Preguntado sobre la expedición del CESID, el jefe de la misión española en Egipto, Carlos Fernández Longano, reconoció la llegada de la delegación -que no mantuvo contactos con las autoridades de los países donde hizo escala-, pero sostuvo que su propósito consistió en tratar de "equiparar el nivel técnico de las embajadas de España en Oriente Próximo, y en el resto del mundo, con las de otras potencias europeas". Sus homólogos en Líbano y Jordania, Aristegui y Emilio Menéndez del Valle, rehusaron hacer comentarios sobre el tema.

El anuncio de la gira de la delegación coincidió con la convocatoria, para mediados de este mes en El Cairo, de una reunión del ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, con todos los embajadores de España en Oriente Próximo, en la que el principal tema iba a ser justamente el establecimiento de relaciones con Israel.

El encuentro fue anulado a causa -precisaron las mencionadas fuentes- del "enrarecimiento del clima en la zona, que incita a postergar la decisión de abrir una embajada de España en Tel Aviv". Antes del bombardeo en Túnez, el rumbo de los acontecimientos en esa región del mundo inducía a la diplomacia española a pensar que surgía una coyuntura favorable para el establecimiento de relaciones con Israel.

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