Díaz Merchán critica el "excesivo dirigismo" de los partidos

Gabino Díaz Merchán, presidente de la Conferencia Episcopal, manifestó ayer en el acto de apertura de la asamblea de ese organismo: "El cambio acelerado español nos está llevando a un peligroso vacío de participación en amplios sectores de la vida social, que se traduce en el excesivo dirigismo de los partidos políticos y en la carencia de iniciativas sociales de los ciudadanos. Todo el protagonismo social está siendo acaparado por los profesionales de la política, de donde, por lógica, se sigue una dinámica de estatalización de la sociedad. El Estado se convierte en la única manera de actuar sobre la sociedad".

Díaz Merchán explicó en su discurso que la Iglesia española ha contribuido a que el cambio fuera pacífico, respetuoso con los derechos y deberes de las personas y conducente a las instituciones democráticas. Refiriéndose a la actitud de la jerarquía católica, el presidente de la Conferencia Episcopal indicó que "desde los primeros años de la vida democrática los obispos nos hemos mantenido al margen de las contiendas partidistas, recordando, como es nuestro deber, los principios morales, exigiendo coherencia a los católicos, pero sin condicionar directa ni indirectamente la decisión del compromiso político y social de los ciudadanos que ellos mismos han asumido responsablemente desde su conciencia personal".Tras quejarse de que el Estado y la conquista del mismo "se convierten en la única fuente de legitimidad para actuar sobre los temas sociales", Díaz Merchán instó a los católicos a "proteger los valores más ligados a su dignidad, sus opciones culturales y religiosas, por medios reconocidos socialmente y libres de las abusivas imposiciones de partidos y de ideología de partidos, especialmente cuando éstos consiguen el poder".

La asamblea se inauguró ayer en Madrid y se prolongará hasta el próximo 16 de noviembre. Junto a Díaz Merchán ocupaban la mesa presidencial el vicepresidente, José Delicado Baeza; el arzobispo de Madrid, cardenal Ángel Suquía, el arzobispo dimisionario de Madrid, cardenal Vicente Enrique y Tarancón, y el nuncio del Papa en España, Mario Tagliaferri.