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CIENCIA

Un laboratorio catalán espera encontrar un reactivo contra la gonorrea antes de 1989

La empresa catalana Biokit, en colaboración con el laboratorio británico P.A.Technology, espera encontrar un reactivo contra la gonorrea antes de dos años y medio. El proyecto, que es uno de los 10 aprobados en Hannover (RFA) por los ministros de Asuntos Exteriores y Ciencia de 18 países dentro de la iniciativa Eureka -una alternativa a la participación en la Iniciativa de Defensa Estratégica norteamericana- costará 350 millones y será financiado en un 71 % por el laboratorio español."Nos enteramos de la decisión el mismo miercoles por la tarde", explicó Joan Cuadras, director financiero de Biokit, "cuando nos llamó un alto cargo del Centro de Desarrollo Industrial (Cedeti), que es el organismo que recibió los proyectos de las 30 empresas españolas incluidas en las seis áreas, cuya investigación pretenden impulsar los países que han suscrito la carta de Eureka".

La importancia de encontrar un reactivo que permita un diagnóstico rápido, simple, barato y fiable sobre la gonorrea resulta evidente. Según la memoria que presentaron al Cedeti, "la gonorrea es una de las enfermedades infecciosas de transmisión sexual más ampliamente difundida en el mundo", que tiene secuelas crónicas "de infertilidad, embarazos ectópicos, mortalidad puerperal y perinatal y ceguera infántil".

"En la actualidad existe un reactivo norteamericano", señaló Francesc Durán, director del departamento de investigación de Biokit, "pero da un alto porcentaje de resultados erróneos y además se trata de un procedimiento complejo. El sistema que pretendemos desarrollar se basa en la obtención de anticuerpos monoclonales dirigidos contra epitopos de la proteina l de la membrana externa de la bacteria causante de la enfermedad".

El laboratorio Biokit fue fundado hace 12 años por un grupo de jóvenes empresarios formados en las escuelas de dirección de empresas y ha centrado sus trabajos en la obtención de reactivos que permitan el diagnóstico de enfermedades infecciosas de transmisión sexual que puedan aféctar a la madre, al feto o al recién nacido. Se trata de una empresa saneada que dedica el 17% de la cifra de negocios a la investigación. En su laboratorio trabajan veinte personas, entre las que. hay virólogos, bacteriólogos, inmunólogos y bioquímicos. El 70% de su producción se exporta, preferentemente a EE UU, Japón y la RFA.

Su introducción en el mercado norteamericano fue a partir de un reactivo para diagnosticar la sífilis, según Francese Durán, cuando sólo existía otro en el mercado: "En Estados Unidos había un reactivo pero el nuestro presentaba características distintas y permitía una lectura diferente".

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