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Los dos agentes franceses se declaran culpables de homicidio involuntario en el hundimiento del 'Rainbow Warrior'

Los agentes de los servicios secretos franceses Alain Mafart y Dominique Prieur, involucrados en el atentado contra el buque ecologista Ra¡nbow Wanior -en el que pereció el fotógrafo portugués Fernando Pereira-, encarcelados en Auckland, se confesaron ayer culpables de homicidio involuntario durante el juicio seguido contra ellos en la capital neoizelandesa. En un giro inesperado, el fiscal sustituyó, por falta de pruebas, su caliricación inicial de "asesinato" por la de "homicidio involuntario", que los acusados se apresuraron a aceptar. Con ello evitaban una posible condena a cadena perpetua. La pena máxima que prevé la legislación neozelandesa para el delito de homicidio es de 14 años. La vista, cuya duración se estimaba en unas dos semanas, duró exactamente 34 minutos. El juez anunciará su sentencia el próximo día 22.

"Es la justicia", declaró, al salir de la vista, el abogado defensor, el francés Daniel Soulez Lariviere. "Es un día muy importante para Francia", añadió.Los ciudadanos de Auckland hicieron cola desde las siete y media de la mañana de hoy, 4 de noviembre -12 horas menos en la Península-, para lograr alguna de las 33 plazas reservadas al público que tenía la sala, una de las cuales la ocupó David McTaggart, presidente internacional de Greenpeace. Bajo la lluvia, y con pancartas de "Franceses fuera del Pacífico", "Justicia al más alto nivel" y un gran "Non" con los colores de la bandera francesa, grupos de jóvenes muchos de ellos pertenecientes a Greenpeace, jalonaban los accesos al edificio donde iba a celebrarse la audiencia preliminar, paso judicial que comportaba la presentación, por parte de la policía, de todas las pruebas que hubiera podido reunir sobre la culpabilidad de los acusados.

Inmediatamente después de un "silencio, todos en pie", a las 10.26 horas, entraron en la sala, escoltados por dos policías y sin esposar, Dominque Prieur, rubia, con el pelo corto, una chaqueta clara y escondida tras unas gafas de sol, y Alain Mafart, vestido con traje oscuro. Por medio de su abogado neozelandés, Gerard Curry, los que en la causa figuraban como Alain y Sophie Turenge pidieron ser inculpados con sus verdaderos nombres, Alain Michel Mafart y Dominique Angéle Françoise Prieur. Ambos permanecieron en pie durante el tiempo que duró la sesión.

El representante del equipo de abogados que leyó la acusación de la policía, David Morris, inició la lectura del relato de los hechos y afirmó que de las investigaciones llevadas a cabo sobre el hundimiento del barco Rainbow Warrior ocurrido en el puerto de Auckland el pasado 10 de julio, no podía,deducirse con pruebas la participacion fisica de los dos acusados en la colocación de los explosivos que lo provocaron y originaron la muerte de Fernando Pereira. Por ello, explicaron, tenían que rebajar su primera petición de asesinato a la de homicidio, imputación, dijo Morris, que ya reconocía taxativamente su presencia cualificada en los hechos.

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Unos hechos con los que, según el acusador policial, se pretendía inmpedir el viaje del Rainbow Warrior a aguas territoriales francesas, con motivo de la explosión nuclear que ese país proyectaba en el atolón de Mururoa. El informe afirma que la noche del 10 de julio hubo una fiesta a bordo del barco para celebrar un cumpleaños y, posteriormente, una reunión de capitanes de Greenpeace. Llegaron a encontrarse en el barco 30 personas, que eran 12 cuando se produjo la primera explosión, momento en el que algunos se habían acostado ya en los camarotes, situados sobre la sala de máquinas.

El relato de la policía sigue diciendo que la primera explosión, de la que no se dio aviso previo alguno, ocurrió a las 23.50 horas y causó daños a estribor, al nivel de la sala de máquinas. Al ver la entrada de agua, el capitán dio orden de abandonar el'barco, cosa que hicieron todos, excepto el fallecido, Fernando Pereira, que se dirigió a su camarote para rescatar su equipo fotográfico. Allí le cogió la explosióri de la segunda bomba. No hay pruebas -continúa el informe- de que sufriera heridas como resultado de aquélla, sino que murió ahogado. Para la policía no cabe la menor duda de que la colocación de los explosivos fue realizada por varias personas expertas en guerra subacuática, cuya identidad no ha podido establecerse.

Como parte de su acción de apoyo, los falsos esposos Turenge fueron responsables de recoger a uno de los que colocaron los explosivos.

Tras el relato policial, el juez, R.J. Gilbert, manifestó que los acusados deberán comparecer ante el Tribunal Supremo -aunque la vista de ayer se celebró en el edificio de ésta, la jurisdicción. era de orden inferior- para escuchar la sentencia que se dictará contra ellos por el delito de homicidio. Tres días después, Alain Mafart y Dominique Prieur comparecerán ante la misma instancia en que lo han hecho hoy para responder de un delito de inmigración ilegal.

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