Adolfo Domínguez puntualiza

Me gustaría matizar algo el magnífico artículo sobre la aventura empresarial de Adolfo Domínguez en la sección laboral del suplemento económico de su periódico.Yo jamás he afirmado que los sectores financieros fueran retrógrados y careciesen de mentalidad empresarial. Pienso que la realidad es mucho más compleja y que tenemos el empresariado real y financiero que nos merecemos. Si este país aún piensa que ganar dinero es sospechoso, cómo va a crear un empresariado brillante.

Nuestro problema fundamental es que aún andamos con el yelmo, que todavía tenemos una mentalidad caballeresca y feudal, que desprecia el trabajo productivo.

Nuestra ideología, como país, aún es preburguesa. La economía sumergida es producida por una excesiva rigidez en el mercado laboral, que impide adaptarse con éxito a las variaciones de la demanda y a la competencia Internacional.

Jamás dije que el Ministerio de Industria no me dejase ampliar planta industrial. El ampliar o no ampliar es competencia mía, no del Ministerio de Industria.

Lo que dije es que Adolfo Domínguez, empresa muy joven, nació en 1976, en una época en la que había más oferta que demanda en el mercado. Por tanto, todo mi esfuerzo empresarial ha sido comercial. Sería absurdo y no rentable invertir en planta industrial, cuando sobraba capacidad en el sector en España. Y añadí que la política de reestructuración textil de Industria tenía el mismo análisis sobre la realidad, puesto que impedía a las firmas en reestructuración aumentar capacidad productiva.

Sobre el resto del artículo y datos en él vertidos hay muchas inexactitudes, aunque no me preocupa excesivamente el matizarlas, porque bajo cualquier discurso literal siem-

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pre hay un discurso ideológico que lo condiciona, aunque en este caso me temo que sólo haya ignorancia y lugares comunes.

Finalmente, les sugeriría que a las próximas empresas analizadas envíen un economista.

Y permítame una insinuación: usted, que en muy poco tiempo ha conseguido crear un buen periódico, deje que otros medios y organizaciones continúen con esa imagen arcaica del empresario como un ser únicamente explotador. Ni es verdad, ni beneficia a su periódico ni a este otro país.- Adolfo Domínguez.