Ignacio Sotelo y la OTAN
Uno, que ya no se asombra de casi nada, no puede por menos que sentirse escandalizado ante la muy peculiar manera de entender la democracia que defiende Ignacio Sotelo ante la cuestión OTAN (véase EL PAÍS del 16 de octubre de 1985).Todos sus democráticos argumentos (los que confiesa, claro) para que el referéndum -tan largamente prometido, con toda suerte de argumentos, al pueblo español- no se celebre se reducen a tres: a) Que, puesto que la clase política española no está de acuerdo con la mayoría popular en este terna, es preferible hacer callar a ésta que perjudicar la posición de dicha clase. b) Que el referéndum es inútil, puesto que esa misma clase política, con el aplauso del señor Sotelo, nos suponemos, va a hacer oídos sordos a la voluntad popular ("el pueblo es ignorante, ya se sabe..."). c) Por tanto, sabido lo anterior, es mejor que no haya referéndum, pues, si lo gana el Gobierno, el PSOE va a fortalecerse excesivamente (curioso argumento) y, si lo pierde (lo cual, en el fondo, él reconoce como probable y teme), se verá con demasiada evidencia que el Gobierno no obedece a la voluntad del pueblo.En resumidas cuentas, que la democracia de Sotelo supone, en una curiosa inversión de los principios clásicos, en que el poder lo tienen realmente los políticos, y en que el pueblo por su parte tiene la función de obedecerles y, eso sí, de legitimarlos (vaya una legitimidad más peculiar); pero, por favor, que los españoles se limiten a votar cada cuatro años, y que no quieran saber mejor que Felipe González lo que les conviene.
En fin, huelga todo comentario: se nos quiere hacer pasar por sano realismo y por opinión de expertos lo que no es más que baratos trucos, que no engañan a nadie, por más que lo intenten. Con demócratas así, ya no necesitamos a Franco.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.