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Una empleada de una oficina inmobiliaria de Malasaña, muerta de un balazo en un atraco

Elisa Alonso García, gallega, de 40 años, murió en la tarde de ayer cuando intentaba dar aviso de que un hombre estaba atracando, la administración de fincas donde trabajaba. La mujer fue alcanzada en el pecho por un balazo que le destrozó el corazón. El suceso ocurrió en el número 69 de la calle de La Palma, en el barrio madrileño de Malasaña.

Elisa Alonso trabajada hacía muchos años en la administración de fincas, situada en el primero izquierda. Su jefe, Francisco Delgado, es un personaje popular en el barrio de Malasaña que gestiona los asuntos económicos de numerosas comunidades de vecinos. Fue precisamente él quien, hacia las 4.15 de la tarde de ayer, abrió la puerta de su oficina.Delgado se encontró ante un hombre de poco más de 20 años delgado, muy moreno, con el pelo negro y rizado, que cubría sus ojos con unas gafas de sol y el rostro con un pañuelo. El desconocido, de 1,70 metros de altura, vestido con cazadora negra, empuñaba un revólver.

El administrador y su emplea da se encontraban solos en las oficinas. El atracador les obligó a introducirse en un despacho y exigió el dinero de la caja fuerte Delgado le dijo que sólo existía una pequeña caja metálica, situada encima de una mesa, que el atracador abrió. Había unas 4.000 pesetas. "Aquí debe haber más dinero", dijo el hombre. Colocó su arma en la cabeza de Delgado y lo obligó a ponerse de rodillas. El administrador le entregó su cartera con 8.000 pesetas y la documentación, que el asaltante había exigido, "para que no te atrevas a denunciarme", según advirtió.

A continuación el desconocido le dijo a Elisa que atara a su jefe. "No sé hacerlo", argumentó ella, y echó a correr aterrorizada hacia la puerta de salida. Bajó unos peldaños de la escalera Cuando llegó a un descansillo, el asaltante, que la había seguido le disparó desde arriba. Fue un solo tiro que alcanzó a Elisa sobre la clavícula derecha y penetró hasta el corazón. La mujer rodó escaleras abajo y cayó en otro descansillo, donde quedó una gran mancha de sangre. Sobre la mujer herida tuvo que saltar el atracador para huir hacia la calle de Amaniel.

La policía llegó poco después. Un vecino había advertido al 091 al escuchar el disparo. Los agentes encontraron a la mujer aún con vida. Sólo dijo "me ha matado". Fueron sus últimas palabras. Trasladada en un automóvil radio patrulla al hospital Clínico, ingresó cadáver.

El asaltante, que se mostró muy nervioso, posiblemente sea un toxicómano conocedor del barrio de Malasaña, según las sospechas policiales. En la oficina se dejó las gafas de sol, que han sido enviadas al gabinete de identificación para ver si tienen huellas.

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