Brasil celebrará elecciones para una Asamblea constituyente en noviembre de 1986

El Congreso brasileño aprobó en la noche del martes (madrugada del miércoles en España) la convocatoria para el 15 de noviembre de 1986 de elecciones para la formación de una Asamblea constituyente. La decisión, que exigió 16 horas de debate, supone el paso decisivo para la reforma de la Constitución de 1947 y la supresión de las medidas impuestas en los pasados 21 años de régimen militar.

El proyecto del diputado Valmor Giavarina, del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), fue aprobado por 399 votos a favor y 61 en contra durante una sesión conjunta de las dos Cámaras legislativas. De acuerdo con este proyecto, la Asamblea entrará en funcionamiento el 31 de enero de 1987.La votación, realizada al término de la maratoniana sesión del martes, supone un triunfo de la propuesta presentada el pasado 8 de octubre por el presidente, José Sarney.

La propuesta presidencial fue impugnada por el Partido Laborista (PT), el Partido Democrático Laborista (PDT) e incluso por sectores de izquierda de la propia Alianza Democrática, que consideran que la formación de una Asamblea constituyente en las condiciones previstas por el proyecto aprobado no cumplirá con su papel reformador de las bases legales brasileñas.

El Congreso tenía previsto volver a reunirse ayer para considerar la enmienda del diputado Jorge Uequed, que propone una amnistía sin restricciones para los militares que fueron retirados del servicio después del golpe militar de 1964. El Gobierno se opone a esa enmienda por entender que podría crear malestar entre las fuerzas armadas, cuyos mandos se han manifestado en contra de la reincorporación de los cerca de 6.000 militares depurados.

Un centenar de ex militares que se verían afectados por la medida cumplieron ayer su segundo día de huelga de hambre para exigir la reincorporación al Ejército. Los huelguistas se instalaron en la antesala del Congreso, donde colgaron pancartas que piden justicia, amnistía y reparación de los perjuicios económicos y humanos que les causó su cese en las fuerzas armadas.

Un portavoz de la Unión de Militares no Amnistiados dijo que con la amnistía política decretada en 1979 fueron reincorporados a la vida civil los políticos en la clandestinidad, repatriados los exiliados y reconocidos los derechos de quienes fueron marginados por el golpe militar, pero no los militares sancionados.