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CRISIS EN ITALIA

En la más negra oscuridad

Juan Arias

Todos los observadores coincidían ayer en una cosa: se trata de una de las más difíciles crisis de Gobierno que han estallado en Italia. Hace sólo un mes una crisis gubernamental era inconcebible. El primer ministro, Bettino Craxi, se estaba ya preparando para festejar dentro de unas semanas un récord, el de duración de un gabinete de la República. La marca la ostenta el tercer Gobierno presidido por Aldo Moro, que duró 833 días. Los dos mayores partidos políticos, la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, estaban ya organizando sus respectivos congresos nacionales, previstos para la próxima primavera.Por otra parte, es la primera vez que se registra una crisis de Gobierno en la que se debaten problemas tan graves como la fidelidad a la OTAN, la política sobre Oriente Próximo y la lucha contra el terrorismo, todo ello en un clima de gran emotividad tras el secuestro del trasatlántico Achille Lauro. Además, la crisis se produce mientras se registra el primer enfrentamiento de Italia con el gran aliado, Estados Unidos.

Quien esperaba que los republicanos, al haberse quedado ayer prácticamente solos en su protesta -como demostraron los aplausos a Craxi en el Parlamento-, habían acabado por aceptar la vuelta al regreso, tuvo que convencerse ayer de lo contrario.

En un editorial inspirado por el secretario del partido y ex ministro de Defensa, el republicano Giovanni Spadolini, que saldrá hoy publicado en La Voce Repubblicana, órgano oficial del partido, se amenaza con provocar elecciones políticas anticipadas.

Los republicanos piensan que sólo una consulta electoral puede solucionar la grave situación que se ha creado. Curiosamente, las elecciones, si se llega a convocarlas, afectarían de un modo partícular a los españoles, ya qué significaría, en principio, que España- no podría entrar en el Mercado Común el 1 de enero como estaba previsto, dado que el Parlamento tiene aún que ratificar el tratado.

Si se convocan elecciones, éstas no podrán celebrarse antes de concluir este año y, por tanto, no podría formarse un nuevo Gobierno antes de febrero o marzo, ni podría reanudarse hasta entonces la actividad del Parlamento.

Por ahora, la situación se conoce como la crisis en la oscuridad.

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