Una excursión fatídica
Luis Montero García, Luis Cobos Mier y Juan Mañas Morales, este último natural de Pechina (Almería), eran tres amigos residentes en Santander que el 8 de mayo de 1981 emprendieron un viaje hacia la provincia almeriense para asistir a la primera comunión de un hermano menor de Mañas. El viaje lo iniciaron en el Seat 127 de Cobos, que sufrió una avería, lo que les obligó a alquilar un Ford Fiesta, matrícula CR-1625-D, en Manzanares el Real.
Al día siguiente, un joven de Alcázar de San Juan creyó reconocer en dos de los jóvenes a los etarras Mazusta y Berecíartúa, acusados de la muerte del general Valenzuela en Madrid, y acudió al cuartel de la Guardia Civil a denunciarles. En Almería el teniente coronel Carlos Castillo Quero desplegaba sus fuerzas en busca de tres posibles etarras. A última hora de la tarde fueron detenidos, mientras se hallaban en una tienda de souvenirs. En las tres horas siguientes a su detención se produjeron las muertes de los tres jóvenes en extrañas circunstancias, que no han sido aclaradas durante la larga vista de la causa. Sus cuerpos fueron encontrados el 10 de mayo calcinados en el kilómetro 8,350 de la carretera de Gérgal. No obstante, hay sospechas de que los detenidos fueron conducidos a un cuartel abandonado de la Guardia Civil en Casasfuertes, en el cual sufrieron tortura antes de morir.
Según la versión oficial, los tres detenidos, que eran conducidos esposados en un coche a Madrid, intentaron agredir al conductor. En ese momento los guardias dispararon contra el vehículo.
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