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James Cash

El primer hombre de raza negra que consiguió una plaza de profesor en la universidad de Harvard

Rosa Cullell

James Cash tiene 38 años, una sonrisa abierta y casi dos metros de estatura. Todos le llaman Jim. Es profesor de Sistemas Informáticos en la universidad de Harvard (Boston) y está considerado como un experto internacional en computadoras y nuevas tecnologías. Hace casi 10 años se convirtió en el primer negro que lograba una plaza de profesor permanente en la Business School de Harvard ("lo que significa que no me pueden echar, a no ser que haga una muy gorda"). Ahora ya son dos, aunque el segundo sólo es ayudante.

El sueño de la vida de Jim Cash -que asiste en Barcelona a una conferencia sobre alta dirección de empresa, junto con unos 600 académicos y empresarios de diversos países- no era trabajar en la Business School de Harvard. Pero, tras graduarse en computadoras y sistemas informáticos en la universidad de Perdue (Indiana), el profesor que llevaba su tesis le hizo chantaje, "asegurando", afirma, "que mi trabajo tendría mejor respuesta si solicitaba una plaza académica". Le dieron una plaza en Harvard y Cash dejó atrás sus sueños. "Yo quería entrar en una gran compañía como Bell o IBM", explica.Jim Cash llegó a Harvard en julio de 1976. "Una época en la que ya había pasado la llamada revolución social de los sesenta en EE UU, pero en la que se intentaban integrar las etnias", explica. Una integración que en Boston se hacía algo difícil. "En Boston, los grupos étnicos están agrupados por barrios. Tenemo un barrio irlandés, un barrio italiano, uno chino, uno portugués uno negro.... Eso, por un lado, te permite comer unos espaguetis que parecen hechos en Roma pero, por otro, hace que el ambiente sea bastante malo para una familia negra", indica Cash.

Cash ya estaba acostumbrado a quebrar círculos cerrados y ser el primero: "A mí no me preocupaba mucho mi llegada a Boston porque había vivido círcuns tancias parecidas". Fue el primer atleta negro -jugaba en el equipo de baloncesto- que llevó los colores de la Texas Christia University, donde cursó sus estu dios superiores. Se tomó su entrada en Harvard como "un reto no sólo laboral, sino también am biental", y una vez logrado asegura que las cosas "están cambian do, aunque muy lentamente" Tanto, que 10 años después de su llegada, en un claustro de 190 profesores, sólo dos son negros.

Acomodado en su plaza de por vida de la Business School de Harvard, advierte que los sistemas de información empresarial (MIS) se están convirtiendo en una cuestión de supervivencia. "Hace unos, años las computadoras sólo eran utilizadas por los bancos, pero ahora una pequeña compañía con un buen sistema puede acabar con su competidor, aunque éste sea, mayor".

Cash cree que los que piensan que las nuevas tecnologías producirán un incremento en el número de parados "están equivocados". Advierte, sin embargo, que "las computadoras no deben utilizarse para sustituir personal, sino para reestructurar empresas, internacionalizarlas y crear nuevas profesiones". "Para ello es fundamental que los Gobiernos apoyen las nuevas tecnologías, y Europa está fallando en ese aspecto". Este profesor de una de las más prestigiosas universidades del mundo parece no albergar ni una mota de preponderancia. Para él, Harvard tiene mucho prestigio en el extranjero, "pero para los bostonianos", dice, "ser profesor en la universidad no tiene más importancia que para los europeos pasar por delante de un palacio; ni nos miran".

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