Carretero sigue en órbita
Cuando José Antonio Carretero templaba el toreo al natural en su primer novillo, orbitaba en los espacios siderales cercanos al olimpo de las figuras, que empezó a surcar hace siete días en esta plaza; y cuando, ayudando el natural con el estoque, sumía la embestida en los embrujos del arte y ligaba el de pecho echándose todo el toro por delante, repiqueteaba las doradas puertas del Olimpo, que se entreabrían a su llamada.Entreabiertas están todavía, que no las cerraron otros lances menos afortunados del torero orbital, pues sus defectos eran propios de la inexperiencia y no cabe achacarlos a falta de sentido lidiador. Por el contrario, el sentido lidiador es una de las virtudes de este torero animoso y aplicado. Había sentido lidiador cuando, ejecutados en el platillo los pases fundamentales de la primera faena, "se traía" el novillo al tercio, y lo cuadraba, mediante muletazos dominadores que eran a la vez de repertorio, y antes acentuaba que mermaba su eficacia con la suavidad de su ejecución.
Plaza de Las Ventas
13 de octubre.Novillos de Cabral, con trapío. Manolo Osuna: dos pinchazos, estocada y dos descabellos (silencio); metisaca, pinchazo hondo y descabello (aplausos y saludos). Juan Rivera: dos pinchazos y corta atravesada (silencio); corta atravesada, dos descabellos -aviso- y dos descabellos (silencio). José Antonio Carretero: estocada caída (oreja); pinchazo y estocada (ovación).
Ganó una oreja por esa faena, que ya eran tres de otros tantos novillos que llevaba lidiados en Las Ventas en siete días, e iba a por otra en el sexto, al embraguetarse en las verónicas de recibo a un novillo áspero, veloz y serio. Ese novillo se vino abajo en el último tercio, como tantos otros en la tarde y Carretero porfió muy pundonoroso, por la derecha, su embestida reservona e incierta. Curiosamente, con la derecha es Carretero menos ortodoxo que con la izquierda. Cuando cita con la derecha retrasa la pierna contraria, avanza el pico de la muleta, y eso es antitoreo; mientras con la izquierda adelanta frontal el engaño, y carga la suerte, segun mandan los cánones no superados, de la tauromaquia clásica.
Intervino Carretero en los tercios de banderillas, con bastante vulgaridad y escasa torería. Les corre a los toros al aire de los reventas que corren los coches. En esta línea estaba Manolo Osuna, cuyas trazas eran de capea. Pero este torero también traía su discurso, para demostrar que "la oportunidad" que estuvo pidiendo durante meses, con pancarta y trebejos, a la puerta de Las Ventas, tenía sólidas motivaciones. Con mal lote, Osuna hizo un toreo de muleta voluntarioso, valiente, variado, y aquél molinete que improvisó en su primer novillo para resolver airosamente un mal derrote, pudo ser revelador de que le alienta la torería en lo profundo.
Técnicamente también tuvo desaciertos Osuna, lo cual era de esperar en un novillero sin contratos. Al cuarto, que se convirtió en un marmolillo y que quizá perdió visión, debió darle distancia al comprobar que tan encima como le citaba, no atendía al engaño. "Ahogar" la embestida es recurso habitual de los matadores y, lógicamente, prende en los novilleros. Este truquillo, añadido a lo del pico de la muleta, al reiterativo empeño de pegar derechazos, fue norma ayer en Juan Rivera que, sorprendentemente, toreó sin la decisión de que había hecho gala en anteriores actuaciones.
El espectáculo resultó apasionante a ratos y siempre entretenido; hubo muy buena entrada y la gente abandonó los tendidos deseando volver. Pero se va a quedar con las ganas pues la empresa ha dado fin a la temporada. Ahora que hay afición, novilleros interesantes y un otoño engalanado de primavera, pega el cerrojazo. La empresa de Las Ventas tendrá sentido del ahorro, pero comercial no lo tiene tanto, y conocimiento de lo que verdaderamente quiere el público, ninguno. La empresa de Las Ventas le pega con la puerta en las narices a la mejor afición del mundo. Ha cumplido su contrato y eso debe ser lo único que le importa.
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