'Gloria' sembró el pánico
Con vientos de 210 kilómetros por hora, Gloria, el más reciente de los huracanes, que afectó a una amplia zona del noroeste de Estados Unidos a finales del pasado mes de septiembre, causó seis muertos y sembró el pánico entre la población. Sin embargo, y pese a que tuvieron que ser evacuadas a zonas seguras cerca de medio millón de personas, el Gloria resultó menos temible de lo que inicialmente se esperaba. Las reacciones ante este huracán ilustran el desarrollo normal de estos fenómenos naturales en las zonas donde son comunes.Tras los primeros informes meteorológicos, que pronosticaban vientos de 225 kilómetros por hora, el fuerte huracán, que se dirigía hacia la costa atlántica norteamericana y que fue bautizado con el nombre de Gloria, fue considerado como "extremadamente destructivo". Las autoridades de las zonas amenazadas -mil kilómetros entre Carolina del Norte y Massachusetts- lanzaron llamadas de advertencia a la población, 40 millones de personas, que esperaron atemorizadas su llegada.
En una zona del Estado de Carolina del Norte situada a 400 kilómetros al sur de Washington, miles de personas se refugiaron de la lluvia y los vientos en canchas de baloncesto, iglesias y otros locales. Las escuelas se convirtieron en refugios de los aterrorizados ciudadanos. En Nueva York se evacuaron 80.000 personas y ordenaron el cierre de las famosas torres gemelas de 110 pisos del World Trade Center.
Se llegó a temer, incluso, por los andamios que recubren la estatua de la Libertad, que se encuentra en período de restauración. Por su parte, los gobernadores de los Estados de Virginia y Maryland, tras declarar el estado de emergencia, movilizaron a la Guardia Nacional para asistir a los evacuados.
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