Los partidos de Coalición Popular firman ante notario un pacto hasta después de las elecciones de 1986

Los partidos nacionales que integran la Coalición Popular (Alianza Popular, Partido Demócrata Popular y Partido Liberal) formalizaron ayer. ante notario su pacto de Coalición, que prevé una duración más allá de las próximas elecciones legislativas de 1986. El acto, al que asistió gran número de dirigentes de los tres partidos, constituyó, en opinión de un diputado democristiano, "el primer acto de una larga campaña electoral". Fraga, Óscar Alzaga y José Antonio Segurado, presidentes del PDP y el PL, respectivamente, insistieron en que el acto de ayer evidenciaba."el planteamiento de una clara alternativa al despotismo socialista".

Un cierto clima de euforia rodeó la firma del pacto de coalición, realizada en el edificio de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados. El pacto, al que se llegó ya a finales del mes de julio, se alcanzó tras una semana de duras negociaciones entre. los tres partidos, negociaciones que en alguna ocasión significaron un riesgo de ruptura de la coalición, al menos de acuerdo con las noticias que, de manera más o menos interesada, filtraban los democristianos del PDP.Sin embargo, el acuerdo suscríto ayer parece contentar a todas las partes, tanto por lo que se refiere a sus aspectos públicos como a los no escritos, que hacen referencía a reparto de nombres en las cabezas de candidaturas provinciales y a expectativas reales de votación en las elecciones legislativas de 1986. En un breve discurso pronunciado ayer, Fraga dijo que el .triple objetivo que persigue la coalición es el de consolidar el sistema constitucional y democrático, la defensa de un modelo de sociedad occidental, basada en el humanismo cristiano y en la libre iniciativa y la creación de la "única alternativa seria al socialismo burocratizado e intervencionista".

'Modernización'

Tanto Fraga como sus dos compañeros de coalición citaron en reiteradas ocasiones los ejemplos europeos a seguir: Dinamarca, Noruega y la República Federal de Alemania, donde partidos burgueses de distinta ideología gobiernan conjuntamente. El acto estuvo presidido también por la idea de la modernización de las estructuras españolas, una idea ya esgrimida anteriormente por los socialistas y que parece así destinada a convertirse en el eje central de las próximas campañas electorales de, las dos formaciones mayoritarias del arco político español. En concreto, Alzaga dijo que "la primera prioridad en nuestra modernización política es contribuir a hacer posible la alternancia en el poder, ya que nada resulta tan tercermundista como, un sistema en el que esta alternancia no se produce".

Alzaga y Segurado insistieron, en sus breves discursos con los que cerraron el acto, en resaltar las peculiaridades de sus respectivos partidos dentro de la, coalición, aunque ambos. aseguraron "una leal colaboración" en los proyectos únitarios de la coalición. Esta colaboración se dará "tanto en las funciones de gobierno, si el pueblo español nos las confiase, como en las dignísimas de oposición, si ese fuera el papel asignado", según Segurado.

Estas palabras y el tono general del acto, en el que estaban presentes desde el empresario aliancista Luis Olarra hasta el diputado centrista Luis Ortiz, último fichaje del PDP, sugieren la voluntad, no desmentida por ninguno de los tres grupos, de mantener la coalición más allá de las elecciones legislativas de 1986, tanto si éstas se ganan como si se pierden. Los números internos barajados en la coalición no prevén unos resultados superiores a los 165 escaños.