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España participará en el programa Esprit a partir del 1 de octubre

Andrés Ortega

Antes de que España ingrese en la CEE, el 1 de enero de 1986, tres empresas españolas y la universidad de Madrid se habrán adelantado a este paso, al participar, a partir del próximo 1 de octubre, en seis proyectos del Programa Estratégico Europeo de Investigación y Desarrollo de Tecnologías de la Información (Esprit), programa tecnológico de la Comunidad Económica Europea. Esprit es un programa modesto, que lleva funcionando un año.

En los proyectos del programa Esprit, financiados en un 50% por el presupuesto de la CEE, deben participar empresas o centros de al menos dos países diferentes del Mercado Común, lo que obliga a una cooperación europea transnacional. Para este segundo año han sido seleccionados 96 proyectos de un total de 389 candidaturas.España participará en seis proyectos: la universidad de Madrid, en dos de ellos, en los campos de la microeléctronica y la ofimáica; la Compañía elefónica Nacional de España, en otros dos, y las empresas CISE y Eria, SA, en un proyecto cada una. El valor total de estos proyectos (incluyendo la parte financiada por la CEE) alcanza unos 60 millones de pesetas.

Estos proyectos, en los que participan otros centros y empresas de diferentes países del Mercado Común, han sido propuestos por la CEE para negociar los contratos. Falta aún firmar éstos y ultimar los anexos técnicos. La rapidez de su puesta en marcha dependerá en buena parte de los propios participantes.

"Estos programas empezaran entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre", señaló el director general de la Comisión Europea encargado de este tema, Michel Carpentier. "En el caso español nos anticipamos al ingreso", agregó.

En una conferencia de prensa celebrada con motivo de la Semana Tecnológica Esprit, diversos empresarios alabaron este programa único de cooperación.

En los actuales 173 proyectos (de 1984 y los que ahora comenzarán) de Esprit participan 263 organizaciones industriales, 104 universidades y 81 institutos de investigación. Pero, indudablemente, Esprit no basta para resolver los problemas europeos, ya que su presupuesto representa ocho milésimas partes del esfuerzo mundial en este terreno.

Tecnología común

Hay que llegar en Europa a una masa industrial crítica en la tecnología de la información para ganar el mercado europeo y penetrar en EE UU y Japón", comentó Robert Wilmot, presidente de la compañía británica ICL. Wilmot avisó contra el síndrome de que "cada país debe tener su gran empresa", considerando que "las empresas nacionales no permiten competir en un mercado global con Japón". Wisse Dekker, presidente de Philips, insistió, por su parte, en la necesidad de crear un mercado homogéneo en la CEE.

Justamente a propósito del nacimiento de una Comunidad de la tecnología y del proyecto Eureka, la Comisión Europea presentó ayer unas propuestas más detalladas. Los programas de la CEE y Eureka "podrían y deberían ser complementarios", señala la Comisión Europea.

La Comisión Europea quiere lanzarse en la definición de un programa marco estratégico en el campo tecnológico para 1987-1991 en la CEE que cubriera campos diversos como la microelectránica, el espacio, el dominio del medio marítimo, la tecnología de los transportes, la biotecnología (incluidas nuevas acciones médicas para la lucha contra el cáncer y contra el SIDA), etcétera.

Pero tanto, la Comisión Europea, como los industriales ayer presentes, hicieron hincapié en algo: para que todo esto diera su fruto, además de más fondos, naturalmente, es necesario crear un gran mercado interno en la CEE.

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