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TRIBUNALES

Un juez de San Sebastián fue testigo de la autoinculpación de uno de los presuntos asesinos de Enrique Casas

Eduardo Calvo, titular del Juzgado de Instrucción número 2 de San Sebastián, escuchó en la comisaría de policía de esta ciudad cómo José Luis Merino Quijano, el Coronel, declaraba su participación en el asesinato del senador socialista por Guipúzcoa Enrique Casas. El magistrado se encontraba en calidad de juez de guardia, aunque no se identificó como tal, y acudió a la comisaría acompañando al forense, pues al parecer Merino había sido herido al ser detenido. Delante del juez, Merino explicó que el autor material de los disparos fue Pablo Pego Gude, Antxon el Grande, ya fallecido, y que él protegió su acción.

La declaración de Eduardo Calvo fue leída en la sala al iniciarse la prueba testifical. El magistrado tenía programado un viaje al extranjero y se acogió al derecho a declarar por escrito.En el juicio, sin embargo, Merino negó tener vinculaciones con los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CAA) y toda participación en el atentado que costó la vida a Enrique Casas, el 23 de febrero de 1983, y afirmó que únicamente se dedicaba al contrabando.

El fiscal considera que Merino se puso de acuerdo con "un destacado dirigente" de ETA militar para realizar el asesinato de Casas y concertó su ejecución con Pablo Pego, Antxon el grande, considerado como uno de los principales activistas de los CAA, como represalia por las actividades de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación).

El fiscal pidió para el acusado penas que totalizan 53 años de prisión y una indemnización de 12 millones para los herederos de Casas. Junto a Merino fue juzgada también Rosa Jimeno Goicoechea, acusada de colaborar con los CAA, y para la que el fiscal pide ocho años de cárcel.

Contrabando

Merino, tras negar toda participación en el asesinato de Casas, centró su declaración en cómo se produjo su detención y en los sucesos de la bocana del puerto de Pasajes durante la noche del 22 de marzo de 1984 en los que cuatro miembros de la organización resultaron muertos por la policía.Merino dijo que él no fue detenido en Pasajes como asegura la versión policial, sino que fue detenido en el puente internacional de Santiago, en Irún, cuando intentaba pasar la frontera, aunque posteriormente fue trasladado a Pasajes. Afirmó que fue arrojado al agua de un culatazo en la cabeza cuando negó conocer a ninguno de los cuatro cadáveres de los autónomos.

Merino y Rosa Jimeno reconocieron que se conocían y que el primero le entregó unas llaves para que ella moviera dos coches en San Sebastián. Uno de estos coches fue utilizado en el asesinato de Casas.

Merino señaló que Josemi Zubiría, residente en Francia y socio suyo en las actividades de contrabando de tabaco y licor a las que se dedicaba, le pidió que entregara las llaves a una persona en San Sebastián y así lo hizo.

Rosa manifestó que era novia de Dionisio Aizpurua, Curro, uno de los muertos de Pasajes, del que sabía que era miembro de los CAA y que fue él el que le pidió que moviera los coches. Rosa, que al recordar a Curro rompió a llorar en el juicio, explicó que le había advertido a su compañero que no quería colaborar con la organización, sino sólo tener relación personal con él. Sin embargo, al tener conocimiento del asesinato del senador Casas, Rosa Jimeno preguntó por teléfono a Curro si el coche que ella había movido, un Simca 1200, había sido utilizado en el atentado a lo que éste le contestó que sí.

La pista del escáner

Precisamente por el Simca 1200 llegó la policía a la detención de Merino. En el coche, que sufrió un reventón cuando abandonaba el lugar del atentado, se encontró un escáner que había comprado Merino bajo nombre supuesto, y que él asegura que se trataba de una más de sus operaciones de contrabando, aunque desconoce como llegó el aparato al coche en cuestión, ya que él se lo entregó a su socio.Rosario Jimeno afirmó que fue detenida el 19 de marzo de 1984 cuando intentaba mover un segundo coche por orden de su novio.

En un principio se había negado, pero como iba a volver a España, no quería enemistarse con él y lo hizo. La policía supo por ella que Curro iba a llegar a Pasajes y preparó la emboscada. Según ella, fue conducida por la policía a recibir a los autónomos que llegaban en una Zodiac. Le ataron los pies y le amenazaron para que no avisara a los de la barca. Rosa Jimeno asegura que ametrallaron a los cuatro que iban en el bote neumático, sin que pudieran hacer nada y que Merino no venía en la embarcación.

Pablo Pego, Antxon el grande, autor material del asesinato de Enrique Casas, según la declaración de Merino oída por el juez, resultó muerto en enfrentamiento con la policía en agosto de 1984.

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