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La catástrofe mexicana

Un bebé sobrevivió cinco días sepultado bajo las ruinas con su madre muerta

Fidelio, un bebé mexicano de ocho días, fue rescatado vivo ayer tras permanecer casi cinco días bajo decenas de toneladas de escombros en las que quedó convertido el Hospital Central de Ginecología de Ciudad de México, donde se hallaba ingresado junto con su madre, muerta a su lado en el terremoto que asoló la capital azteca del pasado jueves.

Un equipo de técnicos franceses, provisto de utensilios especiales, consiguió averiguar que bajo las ruinas del hospital existía vida humana, detectó el cuerpo de Fidelio y, con extremada prudencia, extrajo trabajosamente al pequeño, el más joven de los 2.000 supervivientes del desastre.

Al ser hallado, el bebé se encontraba en el regazo de su madre muerta. Presumiblemente, el niño consiguió sobrevivir gracias a que se mantuvo adherido al pecho materno durante las aproximadamente cien horas a lo largo de las cuales ambos permanecieron enterrados bajo los cascotes del edificio derruido.

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Succionando la leche materna, Fidelio evitó la deshidratación y consiguientemente la muerte, según apuntó el doctor español Federico García Ferrero, especialista en medicina infantil, a la hora de explicar el hecho.

La defensas de los bebés, explicó el doctor español, son grandes y si sortean la deshidratación y su salud es en conjunto buena, pueden darse casos de supervivencia como éste.

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Las glándulas mamarias de la madre pueden seguir segregando leche incluso después del fallecimiento.

El caso ha conmovido a la opinión pública mexicana, que desde la hora en que el pequeño fue rescatado de las ruinas del Hospital Central de Ginecología sigue atentamente la evolución de su estado de salud, calificado de "delicado" por los médicos que le atienden en un centro sanitario donde el bebé se encuentra ya a salvo.

Aunque no fueron facilitados datos sobre el estado de salud del pequeño Fidelio, se presume que ha sufrido una deshidratación parcial e incluso que ha resultado seriamente dañado por el derrumbamiento de los muros del hospital donde nació hace ocho días.

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