Fernando Martín: "Me he sentido payaso, utilizado, manipulado, ridiculizado"
Fernando Martín no ha querido pasar a la historia, de momento. Tuvo la desgracia de sustituir a la serpiente de verano. No había rumores, sino el hecho cierto de su intento de jugar en la NBA. Como larga es la serpiente, largo fue el verano y la espera de su decisión. Martín ya no medita, simplemente espera que empiece hoy su primer minuto de juego otra vez en el Real Madrid. Nada ha cambiado, entonces, salvo que estuvo en boca de todos cuando no había otro tema de conversación.
Pregunta. Le han preguntado que por qué se ha quedado. Ahora bien, ¿por qué no se ha marchado?
Respuesta. Porque pienso que todo puede esperar un año. Le debo al Real Madrid, sin ser modesto ni chorradas de ese tipo, un tiempo, este año, y a la selección, un Mundial, que se va a jugar en España. Son dos razones de peso que pueden ser públicas. Creo que puede posponerse la aventura, como se le ha llamado. Las razones personales no quiero que salgan a la luz porque perderían fuerza dentro de mí si lo hago.
P. ¿No oculta un fracaso?
R. No hago ningún favor al Real Madrid ni a la selección, ni pedí que se hablara tanto de mí ni que se me criticara tanto. He sido blanco de la tinta porque era un tiempo de pocas noticias, y después me lo han echado en cara como si fuera culpa mía. Yo no escribo sobre mí. Declaraciones mías ha habido una al día, o dos, y se han llenado páginas con eso. Los periodistas que tanto critican, que protesten a sus compañeros, que son los que escriben de mí. Se me culpaba de no estar a su disposición, y era imposible. No podía ir ni al baño. Lo que hice fue ocultarme para no hacer favoritismos. Estoy en contra del fracaso ese que dice la gente. Aunque me hubieran pagado 1.000 dólares, 1.000, el hecho de entrar en la NBA de botones, en un equipo, de ser el último hombre, me da la oportunidad de poder decir que estoy entre los 250 mejores del mundo, y si se distingue entre jugadores blancos, entre los 60 o 70. No veo el fracaso por ningún lado.
P. ¿Lo de la NBA no empezó como una diversión en Estados Unidos?
R. Por Dios que sabía lo duro que iba a ser, que iba gente con una familia, con dos niños. Sabía que iba a entrenar seis horas diarias. Sabía que iba a jugar en un equipo donde los compañeros buscan que lo hagas mal; que vas a luchar contra el idioma, porque hay que entender las tácticas en inglés con un chicle en la boca. Tenía que jugar en un puesto que no era el mío. No tiene sentido la vacación por ningún lado.
"Les interesaba un españolito"
P. Hay una versión que dice que Los Angeles Lakers se interesaron por Martín porque le gustó a la hija del dueño durante los Juegos Olímpicos.
R. Me hace mucha gracia. Si los equipos profesionales se abastecieran de los novios, o de los amantes, o de los conocidos de los jefes, ¡madre mía, Los Angeles Lakers! Me parece una chorrada tremenda. Les interesaba porque había muchos hispanos allí y podía ser útil un españolito. La gente le busca picos a las bolas de billar. Si este rumor es verdad pregunte por el rumor de la envidia en España.
P. Si hubiera permanecido más días en Nueva Jersey quizá habría firmado con los Nets. Era el momento más caliente.
R. Estaban cualificados para saber si puedo resultar o no. Me fui allí, al campus, y luego no quiero divagaciones. El problema fue que no tenían entrenador, que llegó tarde y no vio a la persona.
P. Pero no le gustó al nuevo entrenador.
R. Tengo otra versión. La cotización era la misma. Lo que sí sabía era que el entrenador no se quería arriesgar a que un jugador extranjero, que tenía que adaptarse, que no había jugado en la NBA, fuera suplente de Buck Williams. Quizá no era lo suficientemente valiente para tener a alguien que podía fallarle y por eso eligió a un jugador de 32 años.
P. Lo que sí dicen es que tiene cuerpo de NBA.
R. Creo que tengo cuerpo y tengo cabeza. No sé si cualidades o técnica. Creo que puedo jugar en la NBA perfectamente. Será duro, pero como para cualquiera.
P. Habrá una fecha importante...
R. El 25 de octubre. Lo he pensado mucho. Pensé en mis hijos, en mis nietos y di la vuelta a la tortilla. Pensé que si podían estar orgullosos de un padre que hizo la rueda con los Nets, con Larry Bird enfrente y al lado de Buck Williams, podían estar orgullosos de un padre que dejó eso por estar con los suyos, en el Real Madrid.
P. ¿Se ha sentido ridículo?
R. Me he sentido payaso, utilizado, ridiculizado, manipulado. Por el hecho hacer esto, por estar en una época sin noticias en la boca de la gente. Tiene sus riesgos porque estás en boca para una opinión gratuita de cualquiera. ¡Cómo pueden decir lo que han dicho sin conocerme!
P. ¿Por qué le molesta tanto que se mencione el dinero?
R. Porque es muy diferente citar el tema dinero, que reconozco que es una parte, y otra decir que se basa todo en el dinero. En seguida te llaman pesetero. Pero no depende de eso. Vivo igual con 100 que con 125. No he tomado la decisión por el tema económico.
P. Antes despreciaba a la Prensa en general. Ahora habrá aumentado esa animadversión.
R. Ha crecido en cuanto que la gente no entiende que me debo a la Prensa sólo en el tema deportivo Mi intinúdad es mía, y deben respetarla. Creo que educar a la gente e no meterse en la vida de las personas, sino evaluar su trabajo, la actividad que haga. Me niego a hace cualquier reportaje porque no m gusta, aunque me hayan engañado tres veces con gitanería, como en e caso de Diez Minutos. Quiero comer en mi casa sin que se me enfrie el filete. Cada 30 segundos tenía una llamada. Eso son más de 20 cada día. No estoy ni capacitado, no tengo ganas, ni obligación.
P. ¿Qué ha aprendido con esta experiencia?
R. He estado en otra dimensión. He aprendido sobre la crueldad, he visto gente que iba a la cancha no jugar un partido, sino a jugarse el pan porque si fallaba se queda sin nada para el resto del año. Lo he visto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.