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GENTE

Marilyn,

nombre de batalla de un homosexual de Santo Domingo (República Dominicana), no tiene muchas posibilidades de vida, porque si no le mata el SIDA, lo hará el hambre. Marilyn tenía como fuente de ingresos sus actuaciones en un centro nocturno y concedía favores íntimos. "Mis amigos y clientes han desaparecido", se queja Marilyn, al afirmar que tanto SIDA está matando el negocio.

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