_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Respuesta a Martínez Zato

Observo que muchas de las personas que escriben a su periódico y a otros periódicos creen que sus cartas sirven para algo y temen que no se publiquen. Yo creo que la mía se publicará y temo que no sirva para nada. Pero, igual que ellos se equivocaron en la segunda parte (sus cartas se publicaron), quién sabe si yo a lo mejor hago así algún amigo, siembro alguna duda o al menos ablando alguna certeza.La carta de Martínez Zato, que es quien dirige las cárceles de toda España, del 17 de septiembre de 1985, sobre las declaraciones a una emisora del recién destituido director de la prisión de Castellón (EL PAÍS, 11 de septiembre de 1985), la voy a criticar según sus puntos numerados (del 1 al 6), sin olvidarme del prólogo. En él dice que quiere hacer puntualizaciones, "sin que suponga polémica alguna, lo que públicamente no hago nunca con quienes están a mis órdenes". En primer lugar, el ex director de la cárcel de Castellón -que había dicho en la radio que le destituía por no tener carné del PSOE- ya no está a sus órdenes. Además, ¿por qué va a cerrar, con su intervención, la polémica sin que puedan hacérsele a él puntualizaciones?

1. Dice que su dirección jamás ha exigido carné. Claro, ya nos imaginamos que, no lo pondrá en ningún reglamento, pues sería manifiesto el quebrantamiento de la Constitución. La acusación del ex director de Castellón es, por su propia naturaleza, de no inmediata demostrabilidad.

Pasa a la página 12

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Viene de la página 11

2. Dice que, si fuera verdad que se le exige el carné ahora, ya se lo habría exigido al principio. No, porque tal vez pensara que se lo iba a hacer, o que iba a ser tan dócil como si lo tuviera, o quizá si hubiera tenido carné se le habría tolerado lo que haya motivado la destitución, o cuando lo designó no tenía elección y ahora sí, etcétera.

3. En él dice claramente que los únicos puestos de responsabilidad son los de libre designación -léase a dedo- entonces (concluimos) las elecciones son pura paja. Muchas personas podemos mantener honradamente opiniones parecidas (en mi caso, nunca tan categóricas), pero desde el lugar ocupado por Zato lo estimo deshonesto.

4. En él se confirma que Zato concibe el gobierno del país como una cadena de confianzas personales y no como la materialización de unas leyes iguales para todos, actitud también ofensiva para la clase de moralidad propuesta por su propio Gobierno. Quizá sea la causa de que disfrace sus párrafos con palabras como honor e imperativo legal.

5. Da por supuesto que la política penitenciaria que se sigue es irrenunciable -no veo por qué- y que "si alguien no se siente a gusto" con ella ha de poner su cargo a disposición de él, pues es lógico, razonable y comprensible". Me pregunto si Zato cree lógico, razonable y comprensible que se mantenga la ilegalidad franquista de las cárceles sobresaturadas (pena a la que el código no condena a nadie y que quebranta la seguridad jurídica por el otro extremo) y si se siente a gusto con ello. Yo ya pedí públicamente en una película de F. Trueba que aparecieran los responsables de esta situación contra derecho.

6. Aquí Zato se manifiesta "seguro de que el señor ex director cumplirá en lo sucesivo como funcionario perfectamente su labor diaria, cualquiera que sea su forma de pensar y cualquiera que sea el carné de que disfruta (sic), si es que lo disfruta". Entonces, ¿por qué destituirlo?

No digo más por brevedad, pero lean la carta y verán lo dogmático y autoritario del estilo. Termina con las palabras "así se ha venido haciendo y así se seguirá haciendo en el futuro", que suena a lo de "sicut erat in principio, nunc, et semper, et in secula seculorum, amén", o a lo que decían ciertas señoras de las mejores familias de Bilbao: "Hemos sido señoras, somos señoras y seguiremos siendo siempre señoras".- Expreso político y común de Carabanchel (Madrid) -cuatro veces-, de Saint-Antoine (Ginebra) y de Lambeth (Londres).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_