La Audiencia Nacional juzga hoy al colombiano Ochoa, acusado de tráfico de cocaína

La Audiencia Nacional celebra hoy la vista pública de la petición de extradición solicitada por el Gobierno norteamericano contra Jorge Luis Ochoa Vázquez Guillén, ganadero colombiano, actualmente encarcelado en la prisión de alta seguridad de Alcalá-Meco (Madrid). La acusación norteamericana contra Ochoa, considerado por las autoridades de ese país como uno de los presuntos jefes del tráfico de cocaína en Estados Unidos, se basa en el testimonio del ciudadano norteamericano Adler Barry Seal, condenado en 1984 por tráfico de cocaína a 10 años de cárcel por un tribunal de Florida y acusado de otros 13 delitos de tráfico de estupefacientes, por los que se pidieron 100 años de cárcel.

A las doce de la mañana de hoy está previsto que la Sección Segunda de la Audiencia Nacional juzgue oralmente a Jorge Luis Ochoa, de 35 años, detenido el pasado 15 de noviembre en Madrid por efectivos policiales y sobre el que pesa una petición de extradición del Gobierno norteamericano. La sentencia de la Audiencia está previsto que se haga pública en tres días, según índica la normativa vigente, aunque pudiera retrasarse un par de días por la complejidad del tema.La acusación estadounidense que implica a Ochoa en la introducción de cocaína en el mercado norteamericano a través de Nicaragua se basa en el testimonio de Adler Barry Seal. Seal declaró en 1984 ante el Tribunal del Distrito Sur de FIorida que Ochoa le proporcionaría desde Medellín (Colombia) 1.500 kilos de cocaína en dos partidas para su introducción en Estados Unidos.

Según Seal, Ochoa le informó en una reunión celebrada el 7 de abril de 1984 en Medellín que había conseguido una pista de aterriza de de unos 915 metros en Nicaragua. Según se encuentra en la declaración de Seal ante el juez del Distrito Federal James Lawrence King, Ochoa había alcanzado "un acuerdo secreto con los sandinistas de Nicaragua" para facilitar el traslado de la cocaína desde Colombia a Estados Unidos, convirtiendo al país centroamericano en un portaviones para el traslado de la droga a Estados Unidos, contando con la colaboración expresa del Ejército nicaragüense.

Sin embargo, Seal se encuentra condenado por ese mismo Tribunal a 10 años de cárcel por tráfico de estupefacientes y sobre él pesaron 13 delitos relacionados con drogas, por los que se pidió la pena de 100 años de privación de libertad. Tales penas fueron aplazadas tras negociar Seal con el fiscal que lleva judicialmente el tema en Estados Unidos (país donde la legislación permite la reducción de penas por la colaboración con las autoridades judiciales). Seal posee una fortuna cercana a los 50 millones de dólares (unos 8.000 millones de pesetas), obtenidos con el tráfico de estupefacientes. Asimismo, la legislación norteamericana permite la confiscación de bienes, por lo que fuentes próximas a Ochoa señalaron a este periódico que Seal se encuentra en manos de las autoridades norteamericanas.

Según estas fuentes, Ochoa es la cabeza de turco que la Administración norteamericana pretende obtener "para implica a Nicaragua en el tráfico de cocaína a Estados Unidos".