Jornada de impresionante dolor en Asturias por los últimos accidentes mortales
El Principado de Asturias vivió ayer su primera jornada de luto desde que entró en vigor el estatuto de autonomia, a causa de los repetidos accidentes mineros. Miles de personas acudieron a los entierros y funerales de los cuatro trabajadores que han perdido la vida en la mina Confiada, en Tudela Veguín, y en la explotación La Rasa, en Tineo.
El delegado del Gobierno en Asturias, Obtulio Fernández, y el consejero regional de Industria, Julio Gavito, estuvieron presentes en el entierro de los accidentados en la mina La Confiada, al que asistieron más de dos mil personas. En el de Tineo asistió Pedro Lizaur, director general de Minas, y el presidente del Principado, Pedro de Silva. Numerosas coronas, testimonio en su mayoría de los compañeros y las organizaciones sindicales, jalonaron el recorrido de los féretros desde las casas de los fallecidos a las iglesias y cementerios.A las 12 horas, el Gobierno asturiano y la mayor parte de las instituciones regionales guardaron un minuto de silencio en la calle siguiendo la convocatoria urgente del SOMA-UGT en memoria de los mineros fallecidos en los últimos días. El presidente, Pedro de Silva, y su gabinete se situaron ante el Palacio Regional, en el centro de Oviedo, paralizándose el tráfico. Las banderas de España y de Asturias ondeaban a media asta y luciendo crespones negros. Las emisoras de radio asturianas también respetaron el minuto de silencio y numerosas empresas de la región suspendieron su actividad a las doce en punto.
Parte de los festejos de San Mateo en Ovíedo, que se iniciaron el viernes, se suspendieron ayer hasta las doce de la noche. En Candas, donde ayer se celebraba la alborada, dedicada a los muertos en la mar, se rindió homenaje también a los mineros muertos.
Al clarear el día las autoridades de la Marina arrojaron al mar coronas de laurel mientras la banda de música interpretaba Silencio y el toque de oración. El pregonero anunció que en esta ocasión se rendía también "recuerdo y homenaje a los hombres de la mina, cuyas muertes nos unen en el luto y el dolor".
El picador Guillermo Lougedo, de 49 años, evoluciona favorablemente de las heridas que sufrió en el accidente registrado el pasado viernes en la mina La Rasa, en Tineo, y en el que perdieron la vida sus dos ayudantes. Lougedo no fue capaz de explicar cómo ocurrió el desprendimiento. "Fue todo cuestión de décimas de segundo, se nos vino una piedra enorme encima", dijo, apesadumbrado y bajo una Iógica excitación nerviosa", en palabras del médico que lo atiende en Tineo.
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