Un muerto en el cerco militar a los secuestradores del banquero ecuatoriano Isaías

Camilleros de la Cruz Roja sacaron ayer por la mañana (primera hora de la tarde en España) el cadáver de un secuestrador del inmueble en el que, desde hace 25 días, dos mujeres y tres hombres -ahora dos y dos- retienen al banquero ecuatoriano Nahim Isaías. En la madrugada, un grupo de infantes de Marina liberó a ocho personas que se hallaban en el edificio, donde los secuestradores del banquero se encuentran rodeados por las fuerzas de seguridad ecuatorianas desde el sábado.

La historia se inició en las primeras horas del sábado, cuando unidades de la policía y el Ejército detectaron en una casa de dos pisos del barrio obrero de La Chala, en Guayaquil, la ciudad más populosa de Ecuador, el escondite en que los secuestradores tenían al banquero, de 54 años.Tras un nutrido tiroteo, los secuestradores mostraron a su rehén y amenazaron con matarlo si no se detenía el fuego. Una vez que reinó el silencio, expusieron al presidente de la Cruz Roja ecuatoriana, Luis Chiriboga, sus exigencias para liberar al banquero: cinco millones de dólares (algo más de 800 millones de pesetas), transporte seguro al aeropuerto y un avión para salir del país. Más tarde se conoció una nueva condición que fue la que sirvió para conocer la identidad de los secuestradores: la liberación de 50 presos del grupo guerrillero ecuatoriano Alfaro Vive y del Movimiento Diecinueve de Abril (M-19) colombiano.

Esta petición confirmó las denuncias de las autoridades ecuatorianas, quienes aseguraban que ambas organizaciones habían secuestrado conjuntamente al banquero el pasado 7 de agosto. Un alto funcionario gubernamental afirmó enérgicamente: "No vamos a ceder a los chantajes del terrorismo internacional".

El banquero, que se encuentra en buen estado, según él mismo manifestó, pidió a las autoridades que aceptaran las exigencias de los secuestradores. Por su parte, los familiares se encuentran dispuestos a pagar la cantidad pedida, pero quieren un plazo amplio para reunir la suma exigida.

Las fuerzas de seguridad, dirigidas por el propio presidente de la República, León Febres Cordero, buscan agotar a los secuestradores mediante el corte de energía eléctrica y sucesivas ampliaciones de los plazos de negociación de las exigencias que han planteado.