Reagan seguirá resistiendo las presiones del Congreso sobre proteccionismo

El presidente norteamericano Ronald Reagan ha reafirmado durante el fin de semana su determinación de seguir resistiendo las presiones proteccionistas del Congreso, asegurando que "el estallido de una guerra comercial sería la forma más directa de destruir millones de empleos en los Estados Unidos".

Reagan y el Congreso se encuentran ahora abiertamente enfrentados tras la decisión del mandatario de la Casa Blanca de reunazar la imposición de cuotas a la importación de calzado. Desde su rancho de Santa Bárbara (California), Reagan volvió a justificar su decisión en el contencioso del calzado, ironizando con que "el Congreso está nadando en proyectos de ley que hablan de sanciones comerciales y represalias contra los socios comerciales de EE UU".

Para el presidente norteamericano, el proteccionismo destruiría miles de empleos en el país, cerraría el paso a las exportaciones, debilitaría a la industria y costaría miles de millones de dólares a los consumidores. No obstante, Reagan ha reafirmado su promesa de "perseguir con vigor las prácticas comerciales desleales", utilizando para ello todos los métodos disponibles.

Los críticos de Reagan no se dan por vencidos, sin embargo, y aseguran que ha llegado la hora de que el Congreso pase a controlar la crisis comercial. Tales críticos acusan a Reagan de "pasividad" ante un problema de la magnitud del déficit comercial del país, que puede llegar este año a alcanzar los 150.000 millones de dólares, unos 24,5 billones de pesetas, con el coste de millones de puestos de trabajo perdidos y cientos de empresas cerradas.

Expertos comerciales norteamericanos apuntan que la decisión de Reagan en el tema del calzado es un indicio claro de que la Casa Blanca hará poco caso de las llamadas de socorro que actualmente están lanzando otras industrias norteamericanas duramente afectadas por las importaciones masivas, en sectores que van desde los textiles a las telecomunicaciones.