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El Gobierno norteamericano rebaja al 3% su anterior previsión sobre el crecimiento económico para 1985

Francisco G. Basterra

La economía norteamericana sólo creció un desesperanzador 1,1% durante el primer semestre de este año, poniendo muy difícil la consecución del objetivo de crecimiento económico de un 3% revisado a la baja por la Administración Reagan para 1985. El Gobierno anunció ayer oficialmente que el producto nacional bruto (PNB) aumentó un 2% en el segundo trimestre del año, algo más del 1,7% previsto en las estimaciones iniciales. Cuando comenzó el año el Gobierno aseguró que se lograría un crecimiento este año del 4%, pero ahora los economistas más optimistas señalan que la tasa de crecimiento puede situarse finalmente entre un 2% y un 2,5%.

La cifra anunciada ayer no presagia, sin embargo, el salto adelante necesario para que continúe la espectacular recuperación económica de Estados Unidos, que ha entrado en su tercer año consecutivo, según la opinión de economistas de instituciones privadas. En el primer trimestre del año, el PNB sólo creció un 0,3%. El fuerte déficit comercial, que puede ascender este año a 150.000 millones de dólares, es el principal culpable de la falta de pulso de la economía norteamericana.El alto valor del dólar ha provocado una inundación de importaciones baratas que han originado importantes recortes en la producción industrial doméstica. Sólo en el sector de productos manufacturados se han perdido 200.000 empleos desde el pasado enero. Los productos industriales estadounidenses, así como las exportaciones agrícolas, han perdido mercados por la sobrevalorización del dólar, que, sin embargo, ha servido para contener la inflación.

Con la economía prácticamente estancada, la Reserva Federal (banco central) se reunió ayer para decidir, el futuro de la política monetaria en las próximas semanas. Este organismo independiente del Ejecutivo se enfrenta a un difícil dilema. Si reduce aún más los tipos de interés, que comenzaron a bajar en marzo, aumentando el dinero en circulación, corre el peligro de provocar un brusco aumento de la inflación, actualmente muy controlada. Si, por el contrario, restringe la política monetaria, puede provocar una recesión. Los expertos creen que la Reserva Federal decidirá continuar con su actual política de prudencia sin tomar decisiones drásticas en ningún sentido. Hasta ahora, el rápido aumento del dinero en circulación, 14,4% desde abril, no ha servido para sacar a la economía de su letargo.

Sin opción

"El FED no tiene otra opción que continuar su actual política hasta que se resuelvan las contradicciones entre la M-1 (la moneda en circulación y el dinero en cuentas corrientes a la vista) y el mundo real", afirmó Donald Maude, economista de Refco Partners. La reducción de los tipos de interés a corto plazo ha servido en los últimos meses para aumentar la oferta monetaria, pero no han sido capaces de impedir el creciente estacionamiento de la recuperación económica. Para Norman Robertson, del Mellon National Bank, "en este período del ciclo económico, (con la recuperación en su tercer año) los descensos en los tipos de interés no son capaces de producir el mismo impacto en la economía que en períodos anteriores del proceso". Cualquier movimiento en los tipos de interés no será muy pronunciado, aseguraron ayer expertos.

La Casa Blanca revisó recientemente a la baja su objetivo de un crecimiento económico de un 4% en 1985, dejándolo en un más modesto 3%. Pero esta meta sólo se conseguirá con un crecimiento del 4,9% del PNB (el valor de la producción total de los bienes y servicios) durante el último semestre del año. Las cifras publicadas en los últimos días sobre el comportamiento de la economía norteamericana no permiten a los economistas privados compartir el optimismo de la Administración sobre una recuperación importante en la segunda parte del año. Estos expertos se conforman con una previsión de crecimiento de un 2,5% para la segunda mitad del año.

Por quinto trimestre consecutivo, los beneficios después de impuestos de las empresas descendieron un 0,4% en el período abril-junio. En julio, el gasto de consumo privado sólo creció un 0,4%, lo que se considera insuficiente para empujar el salto económico que proyecta la Administración en la segunda parte del año. El desempleo permanece estancado en un 7%; por sexto mes consecutivo han descendido las construcciones de viviendas, aumentan los stocks de las fábricas y las ventas al por menor y la producción industrial reflejan crecimientos muy modestos. "Todo esto apunta a una economía que continúa en un perezoso camino de crecimiento sin un significativo salto a la vista", según opina el portavoz económico de Shearshon Lehman Brothers. La variable de la inflación continúa siendo la más positiva, y ayer se anunció un crecimiento anual de un 2,7% en el segundo trimestre, el aumento más bajo de los dos últimos años.

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