Dimite el presidente de la Japan Air Lines, tras la catástrofe del pasado lunes

El presidente de la Japan Air Lines (JAL), Yasumoto Takagi, presentó su renuncia ayer y será sucedido por el vicepresidente de la compañía, Naoshi Machida. El primer ministro japonés, Yastihiro Nakasone, había acusado directamente el martes, tras la catástrofe del Boeing 747 en la que perecieron 520 personas, al presidente de la JAL por falta de disciplina en su administración.

A raíz de, la tragedia, todos los Boeing 747 que prestan servicio en Japón deberán ser revisados minuciosamente, y en especial sus estructuras de cola, de acuerdo con una orden dada ayer por el Ministerio jáponés de Transportes, tras haber encontrado a 500 kilómetros al sur del lugar del desastre de un segundo fragmento del alerón vertical de la cola del jumbo siniestrado el pasado lunes.

El hallazgo, que se produjo poco después del mediodía de ayer, viene a reforzar el testimonio de Yumi Ochiai, una azafata fuera de servicio que se encontraba entre las cuatro supervivientes del accidente. Ochiai declaró que una fuerte explosión se produjo justo encima de su asiento (56 C, en la zona posterior, reservada a los fumadores), donde se encuentra un tubo de acero de dos centímetros de diámetro diseñado para resistir un peso de 2,7 toneladas que articula la cola con el fuselaje del avión. Dicha pieza podría haberse roto o desprendido y provocado la rotura del alerón vertical y la pérdida de control de la nave.

Por otra parte, un miembro de la comisión que investiga la tragedia manifestó que veía una fuerte conexión entre el accidente del lunes y otro sufrido por el mismo avión en el aeropuerto de Osaka en junio de 1978, en tanto que el diario Asahi Shimbun, de Tokio, citaba ayer un segundo accidente sufrido por el aparato en 1982, en Chitose, al norte de Japón.