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Los límites a la importación de calzado, pendientes de la decisión de Reagan

Sin haber recibido una recomendación formal de sus asesores, el presidente Ronald Reagan discutió ayer con su consejero ministerial de política económica si imponer restricciones a las importaciones norteamericanas de calzado para proteger a la industria de Estados Unidos. Un portavoz de la Casa Blanca señaló a principios de esta semana que Reagan puede aplazar una decisión hasta que tenga más tiempo para estudiar el tema durante sus vacaciones de verano en California.

El consejo concluyó el jueves su tercera reunión sobre el tema del calzado, sin adoptar una recomendación formal para que Reagan ordene la imposición de cuotas o el incremento de derechos arancelarios a las importaciones del producto.Taiwan, Corea del Sur, Brasil, Italia y España pueden resultar afectadas por la decisión presidencial.

Reagan tiene hasta el 30 de agosto para aprobar o rechazar la imposición de cuotas a esas naciones que la Comisión Internacional de Comercio (ITC) recomendó el pasado 12 de Junio. Sólo la comisionada Susan Liebler votó en contra de la medida, al indicar que los consumidores norteamericanos absorberían costes anuales de 50.000 dólares por cada puesto de trabajo que las cuotas preservasen en la industria zapatera estadounidense.

Previamente, el pasado 22 de mayo, los cinco comisionados de la ITC determinaron unánimemente que la industria norteamericana se ha visto gravemente perjudicada por el flujo de las importaciones, experimentando un paro del 16,6% en 1984 y una baja del 13% en su producción.

Aunque el plazo para que Reagan emita su fallo en tomo a la recomendación de la ITC no vence sino hasta el próximo viernes 30, se cree que el presidente puede adoptar una medida en contra de las importaciones de zapatos tras la reunión de hoy. La razón es que la estrategia comercial de su Administración es el talón de Aquiles en sus relaciones con los empresarios norteamericanos y con el Congreso, en donde el Senado y la Cámara de Representantes tienen en estudio unos 400 proyectos de ley que buscan la protección de ciertas industrias (como la del calzado) o la adopción de represalias en contra de algunos países -como Japón- a quienes se acusa de subvencionar sus exportaciones al mercado norteamericano, o de restringir el ingreso a sus mercados de productos fabricados en Estados Unidos.

Incremento de aranceles.

Aunque los asesores económicos de Reagan no han emitido una recomendación formal, fuentes de la Administración indican que el presidente puede pronunciarse en favor del incremento de los derechos arancelarios -un mal menor al de las cuotas- para apaciguar, con una demostración de mayor agresividad en su política de intercambio comercial internacional, el creciente clamor proteccionista en el Congreso."La Casa Blanca hace frente a muchas presiones por parte de los industriales y de los legisladores y no cabe duda de que el presidente va a reaccionar en términos de política, no de comercio", dijo a EL PAIS una fuente diplomática española.

Las exigencias de ambos sectores se han agudizado a raíz del masivo déficit que Estados Unidos experimenta en su intercambio comercial, que se espera alcance nuevas cifras récord de 150.000 millones de dólares en 1985, señaló la fuente.

El presidente del Gobierno español, Felipe González, envió una carta a Reagan el pasado 15 de julio, expresándole su preocupación por las posibles restricciones a las ventas españolas de calzado a Estados Unidos. España ocupa el quinto lugar entre las naciones exportadoras del producto, pero su porcentaje de participación es de sólo el 5%, con las otras cuatro naciones acaparando el 74% del total, precisó en una reciente visita a Washington el secretario de comercio español, Luis de Velasco.

Las ventas del calzado español a Estados Unidos suponen el 50% del total exportado y un 15,37% del monto de sus exportaciones al mercado norteamericano -originando ingresos de 361.000 millones de pesetas para la industria-.

España vendió 38 millones de pares de zapatos a Estados Unidos en 1984, un incremento de 10 millones sobre el total de 1983.

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