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Eugene Lyon

El profesor que encontró los documentos que permitieron el hallazgo del galeón en Florida

Eugene Lyon, profesor de Historia en la universidad de Florida, ha estado investigando durante 16 años en diversos archivos españoles, principalmente en el Archivo de Indias, el de Oviedo y el de Simancas, todos los documentos relativos al viaje final del galeón español Nuestra Señora de Atocha, encontrado por el buscador de tesoros Mel Fisher en cayo Hueso, Florida. Lyon piensa que este hallazgo ha pagado el precio demasiado alto de cinco vidas y que para él significa el final de los galeones en su vida.

"Me temo que mi castellano del siglo XX no es tan bueno como mi castellano de los siglos XVI y XVII", dice Lyon disculpándose con voz tímida al comenzar nuestra entrevista telefónica. La suya ha sido una difícil y oscura labor en relación al publicitado episodio del rescate del Atocha. Rodeado durante años de antiguos legajos, a veces casi indescifrables, Lyon se ha visto recompensado con el hallazgo de Fisher, aunque no de la manera que muchos pensarían."Mi primer contacto con documentos sobre los naufragios del Nuestra Señora de Atocha y el Santa Margarita fue casual", afirmó. Sus intensas búsquedas en los archivos de Simancas y el Archivo de Indias le hicieron tropezar por accidente con piezas clave. "Encontré algunos datos en la sección de contaduría y con esos documentos pudo descubrir Fisher, muchos años después, en 1980, los primeros restos del Santa Margarita".

"En ellos decía que el galeón se había hundido a 30 millas al oeste de cayo Hueso y Fisher tuvo que buscar durante un año en una zona de tres millas alrededor de esta zona. Ahí descubrió el ancla del Atocha en 1971. Entonces también descubrió Fisher el paño¡ de plata del Atocha a cinco millas del resto. Para mí este paño¡ es lo más importante de todo lo hallado hasta el momento de esta embarcación"!

Eugene Lyon, ahora de 56 años, y Mel Fisher, de 63, se conocieron a finales de la década de los cincuenta. Ya entonces Fisher había decidido dedicar su vida a buscar tesoros y más tarde propuso a Lyon trabajar para él. "Mel Fisher ha sacrificado mucho durante estos años y ahora ha recibido una recompensa. Pero es difícil evaluar si realmente ha valido la pena la pérdida de cinco vidas para obtener este botín".

Hasta el domingo pasado, día del descubrimiento de Fisher, Eugene Lyon se encontraba en España. "Al llegar a casa vi a mi mujer y le dije hola. Ella no perdió tiempo en contarme lo del descubrimiento de Fisher y el hallazgo. Ambos reflexionamos después sobre los tremendos sacrificios de este hombre y la mezcla de tragedia y gloria en toda esta historia".

"Para mí el descubrimiento de Fisher ha puesto punto final al capítulo de los galeones. Para él, entusiasmado ya con otro tesoro, al parecer, no", afirmó. Lyon no está totalmente de acuerdo con la valoración que se ha hecho del tesoro del Atocha, calculado en unos 65.000 millones de pesetas. "No creo que nadie pueda establecer el valor económico exacto de ese hallazgo. Su valor histórico es incalculable pero la media de mi país siempre pregunta cuánto es lo que cada objeto vale en dinero. Espero que progresen las gestiones del acuerdo que tenemos con el Estado de Florida, al que se cederán algunas de las Piezas del tesoro. Deberían dejar para el estudio todos los ejemplares diversos de monedas que representan a los monarcas y naciones distintas de la época".

El extraordinario botín adquirido por Fisher, que será repartido entre sus socios y colaboradores, no parece haber cambiado los planes de Lyon. "Durante muchos años he trabajado para él y ha veces me ha pagado y, cuando la situación no se, lo permitía, no", declaró. "Yo ya he tenido mi recompensa", añadió. "Se ha aclarado por fin el misterio que rodeaba a cierta terminología utilizada en, los documentos que usamos".

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