800 hectáreas de pinos y robles ardieron en montes limítrofes de Madrid y Ávila

El grueso de los efectivos de lucha contra incendios de la Comunidad de Madrid fue enviado ayer a la sierra limítrofe entre esta región y la provincia de Avila, donde un incendio destruyó unas 800 hectáreas de pinos y robles. En Madrid se produjeron otros siniestros semejantes, aunque de menor consideración. La inquietud entre los habitantes de las urbanizaciones y poblaciones afectadas continuaba ayer latente por los incendios ocurridos desde el pasado fin de semana -que han producido 160 salidas de los bomberos-, pero las autoridades del Gobierno regional han manifestado que "el riesgo para los núcleos urbanos es escaso".

Más de 800 hectáreas de monte alto -sobre todo pinos y robles- ardieron entre la noche del pasado lunes y el día de ayer en el incendio ocurrido en las inmediaciones de la localidad abulense de Navahondilla, en el zona limítrofe con el suroeste de la región de Madrid, y que a última hora de la tarde de ayer estaba controlado, pero aún sin sofocar, según los datos tacilitados por el gobernador civil de Ávila, José Luis Madenca García.En las tareas de extinción del incendio, que provocó una densa nube de humo en la zona durante todo el día, participaron un total de 14 coches de bomberos de la Diputación Provincial de Ávila, Comunidad de Madrid y la de Castilla-La Mancha, así como efectivos de Protección Civil, Cruz Roja, 120 miembros de la Guardia Civil de ambas provincias y dos hidroaviones del Instituto de Conservación de la Naturaleza (Icona).

El incendio cobró especial virulencia en la noche del lunes, por lo que tuvieron que ser desalojadas aproximadamente 700 familias del núcleo urbano de Navahondilla y de tres urbanizaciones cercanas ante la proximidad de las llamas.

La cercanía del fuego produjo entre los vecinos una gran confusión, y el desalojo fue especialmente dramático en la residencia para disminuidos psíquicos de Santa Isabel, donde las llamas llegaron hasta cerca de dos metros de los edificios.

Unas 400 personas que fueron desalojadas, según fuentes de la Guardia Civil, acudieron a la localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias, próxima al lugar del siniestro, en espera de que el fuego amainara para regresar a sus hogares. El resto de los afectados se repartió por otros pueblos cercanos. La única resistencia con la que contaron las fuerzas de seguridad, de Protección Civil y Cruz Roja en el desalojo fue la de los habitantes de más avanzada edad de Navahondilla, que se negaban a abandonar sus hogares.

Durante el día de ayer el incendio era todavía intenso en los montes próximos, y tanto los habitantes de dicho pueblo como los residentes en las urbanizaciones de Navahonda, Entrepinos y Cadalso de los Vidrios pudieron volver a sus casas, donde se advertía ayer por la tarde la inquietud y expectación por el temor a que el viento cambiase de dirección y las llamas se dirigiesen hacia estas zonas urbanas.

En este incendio se han descubierto cinco focos de fuego, según declaró el gobernador civil de Ávila. Cada uno de éstos esta a en un término municipal diferente: El Tiemblo, Navahondilla, Guisando, Santa María del Tiétar y Santa Cruz del Valle. Fuentes oficiosas de Cruz Roja indicaron su sospecha de que el fuego hubiese sido provocado.

Otros incendios

Cerca del pantano de San Juan -a pocos kilómetros del siniestro de Navahondilla- se produjo otro incendio que, pese a ser sofocado rápidamente, amenazó seriamente a unas viviendas próximas.Los incendios que se produjeron en Torrelodones, Villafranca del Castillo y Collado Mediano quedaron definitivamente sofocados ayer. Los bomberos de la Comunidad de Madrid han realizado 160 actuaciones desde el pasado sábado, sin contar las de ayer. Un portavoz del delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid manifestó que no existe un plan específico de protección civil en caso de incendios forestales y que no hay indicios de que ninguno de los incendios ocurridos haya sido provocado intencionadamente.