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La tragedia de Dallas impulsa la instalación de un nuevo radar para rastrear los vientos

Un fuerte y repentino cambio de la dirección de los vientos parecía ayer la causa más probable de la tragedia del aeropuerto de Dallas, donde un avión Lockeed 1011 de la Delta Air Line, con 161 pasajeros a bordo, se estrelló el viernes por la noche, con un resultado de 133 muertos, según los últimos datos conocidos a primera hora de hoy. Los expertos han criticado la ineficacia de los actuales sensores para detectar súbitos cambios de vientos, y las autoridades de la aviación civil de Estados Unidos están pensando en instalar un nuevo tipo de radar que solucione este problema.Los especialistas calculan que 27 accidentes de la aviación comercial en los últimos 21 años han sido provocados por el fenómeno de los vientos imprevistos, y la Administración Federal de Aviación (FAA) piensa destinar unos 400 millones de dólares (65.200 millones de pesetas) para dotar a los principales aeropuertos norteamericanos de un sistema mejorado de radar para 1990.

El nuevo radar se denomina doppler, y puede localizar los cambios de vientos con el tiempo suficiente para avisar a los aviones a punto de aterrizar o despegar. Durante una semana de pruebas en el aeropuerto de Denver (Colorado), el verano pasado, el sistema detectó una docena de cambios de vientos en un radio de ocho kilómetros.

La causa del accidente, el sexto de mayor envergadura en la historia de la aviación norteamericana, sólo se conocerá definitivamente cuando se estudie el contenido de las dos cajas negras que llevaba el avión y que ya están en manos de los especialistas en Washington.

Todas las hipótesis, sin embargo, coinciden en atribuir el accidente a un imprevisto cambio de la dirección del fuerte viento que soplaba en medio de la tormenta desatada en ese momento sobre la zona del aeropuerto.

Sólo 29 de los 161 pasajeros del avión salvaron su vida. La tragedia cobró también una víctima en tierra, el conductor de un automóvil que circulaba por una autopista a 150 metros del aeropuerto y que fue alcanzado por el avión en su aparatosa caída.

Las faenas de rescate e identificación de los cuerpos, la mayoría quemados, terminaron ayer prácticamente con la ayuda de familiares y documentos.

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