Lado nuevo de una vieja imagen

El cineasta sueco Jan Troell ha abordado en dos ocasiones la dramática epopeya de la emigración de familias, e incluso de poblaciones enteras, de su país a los Estados Unidos, hacia la mitad del siglo pasado.La última de estas películas fue realizada en el año 1975 y su título es Retrato de familia, que obtuvo, pese a su excelente calidad, solo un éxito mediano. La primera, que en cambio alcanzó gran audiencia, sobre todo en los propios Estados Unidos, se titula Los emigrantes.

Este es el filme que TVE emite esta noche por la segunda cadena y fue realizado cuatro años antes que Retrato de familia, en 1971. Los protagonistas de las dos películas son los célebres, a causa de su larga e intensa colaboración con Ingmar Bergman, Max von Sydow y Liv Ullman, que tanto en una como en otra obra llevan a cabo una actuación impecable.

Solidez

Los emigrantes es una película que parece extraída de la dramaturgia naturalista fundacional -que tan buenos frutos dio en los países del norte europeo- con la habitual mezcla en este tipo de dramas de elementos épicos y elementos sociales, que componen la iconografía decimonónica del esfuerzo humano en su lucha por y contra la tierra. En este sentido, Los emigrantes es una película construida, como era habitual en esos dramas, con solidez de granito en el sentido argumental.El filme es largo, de cadencia pausada y, pese a ser un relato-río, atestado de acontecimientos, no tiene -y esta es tal vez su peor carencia- ese sentido de la acción física que tan bien alcanzan algunos filmes norteamericanos de este género. Por el contrario, peca de ciertas tendencias contemplativas que no cuadran bien con ese poema al esfuerzo humano que pretende ser.

La parte más interesante de este buen y sólido filme sueco es que nos proporciona una imagen del emigrante europeo a los Estados Unidos desde la otra cara de una tragedia que, hasta la obra de Troel, solo conocíamos desde el punto de vista de los ojos del receptor norteamericano. Este cambio de óptica enriquece a un asunto de por sí muy rico.